Nayzai Saavedra | [email protected]
El plan para introducir la cría de conejos en las zonas populares de las ciudades para garantizar el consumo de “proteína animal” en el país, propuesto por el presidente Nicolás Maduro y el ministro de Agricultura Urbana, Freddy Bernal, como medida para enfrentar la “guerra económica de Estados Unidos y agentes locales”, en la práctica es muy poco viable.
“Nos han enseñado que el conejo es una mascota bien bonita (…), pero el conejo visto desde el punto de vista de la guerra, una coneja pare aproximadamente diez, doce conejitos, al final se crían ocho”, animó Bernal.
Este plan, más allá de verse frustrado por la parte cultural, como indicó Maduro ante el relato del ministro sobre las comunidades y barriadas en las que se puso en práctica el plan piloto -en dónde los “criadores” terminaron adoptando a los conejos como mascotas- hay una serie de elementos que deben ser tomados en cuenta, como la educación de las personas en la materia, porque no es lo mismo el mantenimiento de un conejo como mascota que para la cría de consumo.
Una burla. El gerente de Ambiente de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, Nicola Verónico, indicó que como está planteado esto no es posible que prospere.
“No hay un estudio serio ni materia prima del alimento para estos animales, quizás pudiera ser posible si estuviéramos hablando de una producción organizada y planificada”, consideró, agregando que así ha sucedido con todos los proyectos de producción locales que ha impulsado el Gobierno.
“Es descabellado, una burla más al pueblo, los mantienen distraídos para que se les olvide que tienen hambre. Si eso fuera viable, Venezuela fuera una conejera, eso es imposible, ni en países más desarrollados se ha logrado algo como esto”, criticó Verónico.
Indicó que es insólito criar conejos en el área metropolitana para mitigar el hambre, por la “incompetencia” de acabar con la parte productiva del país.
Resaltó el hecho de que la gente tiene graves problemas para cubrir su propia alimentación y que hay sectores en las que los ciudadanos se están comiendo a los perros sin hogar.
“Lo que debe hacer el Gobierno es incentivar el aparato productivo y la propiedad privada”, dijo el representante de la Alcaldía Metropolitana.
Alertó que esto podría prestarse para generar una situación salud ambiental de cuidado, señaló que si las personas ponen criaderos de conejos sin la menor preparación -y sin las vacunas y medicamentos para tratarlos- proliferarían infecciones y plagas, esto dejaría vulnerables a los ciudadanos porque tampoco hay para fumigar.
A esto se le suma el hecho de que en muchas comunidades no tienen agua de forma constante y que la higiene debe ser primordial para la cría de animales, sobre todo si son para consumo. Pidió que si la idea planea tomarse en serio se presente un estudio de impacto ambiental en las ciudades y de cómo se enfrentarían estos problemas.
“No hay ni comida para perros, ganado, gatos y lo que se consigue está carísimo, ¿a qué precio se van a conseguir el alimento concentrado? ¿Cuánto es el costo final? ¿Cuánto van a costar esos dos kilos de carne?”, cuestionó, haciendo referencia a la petición del ministro de Agricultura Urbana de activar una campaña para cambiar la visión del pueblo hacia el conejo como mascota y hacerle entender que son “2,5 kilos de carne” en la mesa.
Sin sentido. El ingeniero químico y experto en materia de alimentación, Rodrigo Agudo, indicó a Unión Radio que “no tiene sentido”, sobre todo si se toma en cuenta que en Venezuela la industria que produce alimentos para animales está paralizada y que todo tendría que importarse, lo que elevaría más los costos.
“Todavía se cree que el problema agroalimentario es coyuntural y se resuelve criando conejos y sembrando maticas, eso va mucho más allá. Si controlas los precios los productos desaparecerán, la solución es dar confianza a los productores para que puedan producir”, manifestó Agudo.
Por su parte, el especialista ambiental Alejandro Álvarez Iragorry advierte que todo proyecto llevado a cabo sin preparación (educación), organización y financiamiento está destinado a fracasar.
“Los ambientalistas concluimos que no es una propuesta, es un chiste cruel, porque hay gente pasándola realmente mal. En Falcón se comen a los flamencos, en Zulia se roban las dantas del zoológico por hambre”, lamentó Álvarez.
2017-09-14