Jesús M. Gambús | [email protected]
¿Por qué se va la luz con tanta frecuencia en densos sectores del país, en especial en el interior, si Venezuela tiene entre sus orgullos, contar con la segunda planta hidroeléctrica más grande del mundo?.
Es difícil pensar que su casa, apartamento, la industria, el servicio de metro, los bancos y un largo etcétera, no dependan de la Central Simón Bolívar que mañana, entre cotas bajas y altas cumple años de fundada; en parte, por que se le atribuye la generación del 75% del suministro del fluído eléctrico del país.
La dieta eléctrica. Revisar la fecha aniversaria de la planta permite en cierta forma un acto de exorcismo colectivo, ante aquella voz que nos acusó ante la historia, de “derrochadores” de electricidad y que, llegó hasta imponer multas a quienes excedían la dieta eléctrica.
Otros señalados de los males del desabastecimiento fueron “El Niño”, “La Niña”, los saboteadores de oficio, anónimos casi todos y las denuncias se trasladaron incluso al reino animal con la participación de iguanas.
El ingeniero Winston Cabas, presidente de la Comisión de Energía Eléctrica Nacional del Colegio de Ingenieros tiene sentimientos encontrados con respecto a la fecha. Por un lado siente orgullo en la infraestructura de la central, la segunda planta hidroeléctrica de mayor potencia instalada en el mundo, pero por otra parte lamenta que su potencial generador de energía, no llegue al país como debiera ser, por la mala política del Ejecutivo.
Cabas comenta lo significativo que es para la ingeniería criolla el desarrollo del complejo del Guri y las instalaciones de las otras plantas de Caruachi y Macagua, (aguas abajo del Caroní) , y lo desacertado que ha sido la implementación de la integración de los sistemas hidroeléctrico y termoeléctrico, base del suministro del servicio en Venezuela.
El ingeniero precisa que no ha habido un mantenimiento adecuado de las plantas termoeléctricas y esa deficiencia termina sobrecargando al máximo a las centrales hidroeléctricas nacionales como en el caso del Guri.
Cabas indica que el Guri aporta unos 9 mil megavatios al sistema eléctrico nacional, mientras las centrales termoeléctricas solo llega de 4 a cinco mil megavatios.
“Eso para un pais como Venezuela que requiere de un sistema eléctrico vigoroso, contínuo, fuerte para nuestras empresas e industrias, no se está haciendo porque disponemos de pocos megavatios actualmente”.
Su cálculo aporta dos cifras ideales para que se active el aparato económico: “de 25 a 30 mil kilovatios”. Con ese flujo eléctrico, se podrían reactivar las empresas de Guayana, la agroindustria, la industria turística, entre otras.
Relanzamiento eléctrico. La oportunidad está servida para que Cabas, en nombre del Colegio de Ingenieros, invite al gobierno nacional a relanzar el sistema eléctrico, porque, con la cantidad que se genera hoy, no es factible desarrollo alguno.
All mismo tiempo, el ingeniero sigue no deja de lado al Guri y recuerda el episodio del verano pasado cuando “No hubo una administración adecuada del embalse, porque fue operado con unas cuotas mínimas, muy bajas de agua, lo cual, pudo haber impactado algunas turbinas”.
Cabas recuerda que en su debida oportunidad llamaron al gobierno nacional a no operar bajo estas condiciones, hasta efectuar un mantenimiento apropiado.
El ingeniero estima que con el debido mantenimiento , la sustitución de las turbinas, y un personal capacitado, el complejo hidroeléctrico podría tener de 55 a 75 años más de operatibilidad.
Subraya Cabas la ventaja de Venezuela de disponer de la energía limpia representada por el Guri, pero no significa eso que, el país se cierre a las energías alternativas.
Y tocar el punto le hace venir a la memoria los casos de la Goajira y Falcón, en las que fuentes de energía alternativa no rinden lo que debieran, por la presencia de la corrupción.
En ese sentido indica que este gobierno debió desarrollar el potencial del alto Caroní y su ceguera ideológica no se lo permitió.
“No olvidemos que este sistema eléctrico fue diseñado por nuestra ingenería venezolana en el siglo pasado, y le correspondía a este gobierno poner en funcionamiento las centrales que estaban planificadas en el alto Caroní y en terminar los del desarrollo del Uribante-Caparo. Y en su lugar, se dedicaron a comprar centrales termoeléctricas que hoy están deterioradas".
2017-11-06