María Isabel Rangel | [email protected]
Los vínculos entre padres e hijos son esenciales para el crecimiento emocional de los más pequeños. Especialista indica que es importante que los jóvenes vean a sus dos padres con regularidad para así mejorar su calidad de vida.
Es por eso que la pandemia por COVID-19 sigue causando estragos en las relaciones parentales dividas. Es decir, padres que emigraron, se divorciaron o parejas que no viven juntas.
Aníbal Higuera relató que ve a su hija una vez al mes “y con suerte”, debido a que él vive en Los Teques y su exesposa vive en La Guaira.
“Trasladarse es muy complicado, entonces dependo de videollamadas. Trato de estar conectado con ella lo más que puedo pero a veces ni el internet ayuda”, afirma.
Mientras que Antonio Useche comentó que no visita a sus hijos con regularidad porque no siempre “tiene gasolina”.
Amor propio
Aseguró que “antes de la pandemia pasábamos bastante tiempo juntos, junto a su madre cuadrábamos semanas y a veces los llevaba al colegio. Así compartíamos todo lo que podíamos, pero ahora con la cuarentena se nos complica mucho. Siempre nos mensajeamos o hacemos videollamadas, no me gusta hacerles sentir que no me interesa hablar con ellos”.
Useche compartió, que aunque mantiene una relación de años con la madre de sus hijos, no viven juntos “por falta de espacio”.
Otro caso es el de Kevin Lara, quien es padre de unos gemelos pero emigró hace cuatro años a Panamá. “Los estoy viendo crecer por videos, no es divertido no estar con ellos y perderme toda su vida”.
Los padres consultados afirmaron que para hablar con sus hijos usan plataformas como las videollamadas de WhatsApp y Zoom.
Padres intermitentes
“Los padres intermitentes” afectan tanto como el “padre ausente”, según el terapeuta infantil, Diego Gómez, quien señaló que un “padre intermitente” es aquel “quien está, pero no tanto”.
“Este término se usa cuando el papá no hace vida diaria con su hijo y solo se ven en fechas pautadas”, explicó.
El especialista indicó las consecuencias de los infantes que crecen con un “padre intermitente”. “En muchos de estos casos, los niños crecen con poca confianza en sí mismos, porque piensan que hay algo mal en ellos y eso hace que su papá no los visite con regularidad”, puntualizó.
Asimismo, Gómez señaló que estos niños suelen tener poca confianza en las demás personas. Acotó que “por lo usual un padre intermitente no siempre cumple sus promesas, a veces se pierde cumpleaños o eventos importantes, entonces los hijos crecen sin creer en la lealtad”.
Entre las consecuencias “más graves”, Gómez comentó sobre “muchos niños sienten envidia por sus amigos con padres que están juntos, y cuando crecen experimentan rechazo al compromiso, sobre todo a tener una familia”.
El terapeuta especificó que “si quieres que tu hijo se convierta en un adulto sano, con una estabilidad emocional debes dedicar tu tiempo, todo el que tienes, sin excusas”.
DATO
Un millón de madres venezolanas residen en el estado Zulia, siendo la región del territorio venezolano con mayor natalidad, le sigue Miranda con unas 931 mil mamás. De acuerdo al censo del 2011, el último con información poblacional oficial.
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