dayimar ayala altuve
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No son productos de primera necesidad, pero un selecto grupo de personas sigue considerando las exquisiteces como una opción para comprar.
En la caja del Bodegón Rey David, de La Castellana, es fácil ver a alguien que gaste más de un sueldo mínimo en una sola compra. Sin embargo, los precios no están al alcance de la mayoría.
En los contados bodegones que hay en Caracas, se consigue todo tipo de productos considerados delicatesses, salvo caviar que no les despachan desde hace unos días.
Por ejemplo, hay variedad de quesos como gruyere, pecorino, parmesano y tentación. Los precios van desde Bs. 780, el pétalo de tentación, hasta Bs. 3.020 el kilo de parmesano.
Las salsas no escapan al alto costo. La mostaza dijon (tipo francesa) se consigue en Bs. 4.729; la tipo Ragú, en Bs. 1.039 y la mayonesa (que está entre los productos desaparecidos de la cesta básica) se consigue en Bs. 2.740 (importada de Estados Unidos).
Otro de los productos en escasez que se pueden conseguir en bodegones y distribuidoras es el café impor- tado; la presentación de un kilo cuesta Bs. 4.610.
El aceite de oliva en el envase de medio litro va desde Bs. 4.290 en adelante, todo dependiendo de la marca, el origen y la presentación que tenga. El vinagre de vino o de manzana que se usa como aderezo para ensaladas cuesta Bs. 1.520 el medio litro.
Un vendedor refirió que de los dulces lo más buscado es la crema de avellanas marca Nutella. La de 200 gramos se vende en Bs. 2.730 y la de 750 gramos en más de Bs. 5.000. Las mermeladas españolas van desde Bs. 3.290 y más.
El mismo empleado dio a conocer que para la gente común es difícil hacer un gasto en cualquiera de esos productos. “Es imposible comprar siquiera unas galletas de las que venden acá”, sentenció con tono de resignación.
Venden y compran. El encargado de un bodegón, que por seguridad personal prefirió no revelar su nombre, dijo al Diario 2001 que todos los productos son de “alto costo” porque son importados y deben comprar las divisas en el libre mercado. Las grandes distribuidoras hacen ajustes de precios, aproximadamente cada semana y por ende el costo sube en esa misma medida.
Natalia Carusso compra mensualmente delicatesses. Su origen italiano la lleva a adquirir pastas, quesos y algunos embutidos importados (de Italia). Asegura que como mínimo invierte Bs. 5.000, todo dependiendo de lo que vaya a comprar. “Sí, todavía se pueden adquirir estas cosas”, puntualizó.
Carlos Mendoza compra embutidos, anchoas y salmón, al menos cada 15 días. Sabe que los precios aumentan, pero a su juicio es la única manera de consentir su paladar. Trabaja en el oeste en su negocio propio, pero sabe que los consigue en el este.
2015-09-04