Los cybers de hoy en día se mantienen con impresiones, copias y poco uso en sus máquinas. Empleados aseguran que en comparación de hace muchos años, la demanda de este sector es pequeña.
Freddy Cañas, encargado de un cyber en el centro de Caracas explicó que las computadoras ya no son usadas como antes y la mayor ganancia de este local, y de muchos más, son las impresiones y fotocopias.
“Todo lo que las personas consumen es digital, ya hay muy poco uso del papel y la mayoría de personas tienen mucho al alcance de su teléfono”, destacó el joven.
De igual manera, María Gabriela Figueroa encargada en RossPaper, cyber ubicado en El Silencio, señaló que la afluencia de clientes es muy baja, incluso antes de la llegada de la pandemia por Covid-19.
Los empleados señalan que la razón de esto se debe a la crisis económica, que hace que las personas dirijan sus gastos a otras prioridades.
“Las personas ven caras las impresiones, así sean a un bolívar o 1,5”, esto debido a que su sueldo es básico, aseguran.
“Estamos sobreviviendo”, expresó Figueroa, al señalar que incluso en cuarentena, cuando el local no abrió por no formar parte de la prioridad (como centros de salud o supermercados), debían pagar alquiler e impuestos, por lo que sacaron un emprendimiento de comida rápida mientras esperaban reactivar el cyber.
Además, en ambos locales aseguraron que las ganancias obtenidas no alcanzan para optimizar los equipos, los cuales requieren de un mantenimiento fuerte y delicado para preservarlos.
Chamos no los usan
En un recorrido por varios establecimientos de este tipo, los encargados aseguraron que de la poca clientela que tienen, el 80% son adultos y los jóvenes que se acercan lo hacen en compañía de sus representantes.
Esto se debe a que el uso de máquinas ahora se trata sobre hacer trámites, llenar formularios o investigaciones, a diferencia de años atrás cuando los adolescentes hacían uso de las máquinas para navegar en sus redes sociales (que ahora lo hacen desde sus celulares personales) para juegos online, los cuales también los pueden descargar en sus teléfonos.
Por esta misma razón, María Gabriela Figueroa explicó que al no trabajar con jóvenes no enfrentan problemas cuando se trata de estudiantes escapando de sus clases para entrar en internet, sin embargo, muchas páginas se encuentran restringidas.
Asimismo lo indicó Jesús Montilla, encargado en un cyber en la avenida Sucre explicó que las maquinas tienen bloqueadas diferentes páginas que pueden ser de contenido no apto para jóvenes- “Por lo general no se debería dejar que un menor de edad use una maquina si no hay supervisión y cuando esto pasa siempre hay un empleado vigilando o incluso ayudándolo, ya sea para buscar una página de juegos o porque se encuentra haciendo tarea”, señaló.
Mientras que Freddy Cañas explicó que dado a que muchas personas ahora hacen uso constante de un teléfono “no tienen la necesidad de ir a un cyber”.
En estos locales continúan en la búsqueda de innovar para mantener sus ganancias en la época donde la sociedad tiene acceso a todo desde su celular.
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