Andreina Domínguez U.
Con un nudo en la garganta y con el espíritu de una mujer audaz, valiente y luchadora, Rosa Orozco, madre de Geraldine Moreno -quien fue asesinada por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en las protestas de 2014-, confesó, en entrevista vía Skype con el equipo del Diario 2001, que Dios ha sido su único refugio para seguir adelante.
A pesar, del dolor que aún le embarga la muerte de su hija, no se detiene en su lucha por la libertad del país. Hoy por hoy, cuando las acciones de calle se reavivan y la violencia generada en las últimas semanas ha cobrado la vida de 39 personas y centenares de heridos, Orozco pide a todas las madres venezolanas acompañar a sus hijos en las calles, a alzar sus voces hasta que cese la "represión" y regrese la democracia.
El odio y el rencor, no son sentimientos que residen en su corazón; la también activista de los Derechos Humanos, recordó que ella al igual que millones de venezolanos están sembrando una nueva Venezuela, por eso su deseo es transmitir un mensaje de paz, alegría y reconciliación.
¿Como quedó la sentencia respecto al caso de su hija, Geraldine Moreno?
La sentencia ya está lista, el problema es que a los guardias nacionales involucrados esperaban para el 2 de mayo la apelación por la sentencia porque no les dieron ningún tipo beneficio, ni siquiera si tenían buen comportamiento. Albin Bonilla Rojas, sargento de la GNB fue condenado a 30 años de prisión por el asesinato de mi hija, él le disparó dos veces en el rostro; y la pena que recibió Francisco Caridad, también efectivo de la GNB, fue de 16 años y seis meses por complicidad.
¿Está satisfecha con la decisión o esperaba que el Estado tomara mayores medidas?
La sentencia no me va a devolver a Geraldine. Los pueden condenar toda la vida y aún así no me la van a devolver, lo que sí es que necesito que los que dieron la orden, los que motivaron esa orden estén detenidos y es lo que estoy exigiendo en estos momentos. A parte de eso, todos los que se presentaron del destacamento 24, que ahora es el 41, y mintieron porque tienen miedo. Y me pregunto, ¿yo no tengo miedo? Es decir, me matan a mi muchacha y yo no tengo miedo, entonces yo sí puedo denunciar y puedo hablar, pero ellos no.
Frente a lo que está sucediendo en el país, donde otros jóvenes también han perdido la vida durante las protestas, ¿qué sentimientos te abrigan?
Es duro, porque cada vez que veo un muchacho que asesinan vuelvo otra vez hacia atrás, hacia el 2014, y recuerdo todo lo que me pasó con mi muchacha; lo único que le pido a Dios es que todo ese amor que él me dio, ese regocijo y fortaleza también se los dé a ellas. El dolor es algo inevitable, pero creo que la libertad de nuestro pueblo está muy cerca, tenemos que seguir luchando. A todas las madres de Venezuela les digo que estén con sus hijos, que los apoyen y ayuden, porque lo peor de todo, es que nosotros tenemos la culpa, ellos no, ellos no eligieron este régimen en el que están viviendo y aún así son quienes están dando la cara por todos, eso no es justo. Los muchachos son irreverentes, dispuestos, arriesgan sus vidas, es algo que es de ellos, que no se los puede quitar, así como era Geraldine, por eso no podemos dejarlos solos.
Algunas veces quiero quedarme en la casa, y pienso en no salir porque estoy cansada, pero enseguida alguien me llama por teléfono o algún muchacho se aparece y me ve con esa cara conmovedora como si estuviese viendo a mi hija, y me convenzo que no puedo permitirme que el país se les vaya de las manos.
¿Ha salido a manifestar estos últimos días?
Yo tengo 19 años manifestando contra este régimen, a mi muchachita la cargaba para arriba y para abajo en las marchas. Hace poco me estaba acordando porque una vez en el 2014 le dije a mi hija: ‘Ya está bueno no vamos a salir, vamos a quedarnos hoy’ y ella me dice, ‘¿mamá tú te volviste loca, desde que tengo uso de razón me tienes en una marcha, y ahora me vas a decir que no?’, y creo que eso es precisamente lo que me ha mantenido en este tiempo para poder surgir, para poder seguir con los jóvenes en la calle, mantenernos firmes hasta que este régimen se vaya, hasta que tengamos libertad y democracia en nuestro país.
Siendo así, ¿estaría en desacuerdo si una madre le impide a sus hijos salir a manifestarse ante la situación del país?
Sí, totalmente. Creo que son ellas son quienes que deben estar con sus hijos en la calles. Mis sobrinos salen a marchar y van acompañados de sus padres o conmigo. De hecho, una vez me lo preguntaron: ¿Rosa, si vuelves al 2014 y pasa lo que sucedió con Geraldine que pierde la vida, seguirías igual en las calles? Le dije que sí, porque mi hija lo que más quería era la libertad de Venezuela, porque yo le enseñé a amar a Venezuela porque es su país. No tenemos por qué irnos a otro lugar, nadie nos puede arrebatar nuestro país.
¿Qué le diría a las madres que en estas últimas semanas también han perdido a sus hijos por causa de la represión?
Si tu hijo perdió la vida por Venezuela, tienes que seguir por la memoria de ellos, continuar luchando por el país, porque si era lo que tu hijo quería, entonces es lo que te va a agradecer por siempre. Desde el cielo ellos están con nosotros y seguirán a nuestro lado para esta mejor Venezuela.
¿Cómo han sido estos años sin su Geraldine?
Lamentablemente cuando me levanto en la mañana y veo la foto de mi hija es recordar que no está. Cierro los ojos y vuelvo a pedirle a Dios que sea una pesadilla pero igual no está, no está mi muchacha. Ella sigue siendo mi vida, yo le prometí en la tumba que le iba a devolver a mi Venezuela recuperada y voy a seguir luchando, nosotros de aquí en adelante debemos ser perseverantes, fuertes, porque es difícil, y a veces peleo con Dios y le pregunto, ¿por qué a mí, porqué me tocó a mí? pero inmediatamente le digo que si esto va de su mano, lo acepto y seguiré aquí luchando hasta la última gota de vida que me quede y cuando esto acabe, mi luto caerá y cada vez que ande en la calle estará mi hija a mi lado por cada joven que vea.
¿Era su única hija?
No, tengo un hijo mayor de 33 años que vive fuera del país. Él siempre está pendiente de mí, me dice que me cuide, que no es fácil todo lo que estamos pasando, pero al igual que yo, está seguro que el sueño de Geraldine de ver libre a Venezuela, llegará muy pronto.
Han transcurrido tres años desde el lamentable asesinato de su hija y aún el Gobierno continúa en el poder ¿qué ha hecho durante este tiempo?
Nunca he tenido descanso, porque cuando Geraldine tenía 15 días de muerta, me fui con María Corina Machado a la Organización de los Estados Americanos (OEA), después de ese tiempo volvimos otra vez a las protestas por la defensa de los Derechos Humanos, luego se hizo un trabajo aquí en Venezuela con la campaña "Todos por la libertad" con Lilian Tintori, donde tratamos de motivar a la reconciliación.
Posteriormente, en noviembre de 2014 me fui a Europa —de hecho, mi mamá en ese momento literalmente me sacó de Venezuela porque tenía miedo de que me pasara algo— y fuimos al Parlamento Europeo, al Parlamento Vasco, estuvimos por varios países de Europa, por todas las provincias de Roma. Después estuve con Tintori en Washington y luego acudimos a la OEA donde nos recibieron para escuchar la situación venezolana; también fuimos al Parlamento de Brasil allí denuncié la muerte de Geraldine y de los 19 muchachos que cayeron en el 2014 en manos de la represión; denuncié que de los asesinados, ocho fueron por disparos en la cabeza por la Guardia Nacional y los mal llamados colectivos y se presentó toda una documentación.
¿En algún momento tuvo sentimientos de o dio o venganza?
No, porque nosotros fuimos criadas en círculo donde Dios es el que permite, es el que sabe y el que procede, no nos podemos llenar de odio porque estamos sembrando una nueva Venezuela y si tú estas sembrando una nueva Venezuela no lo puedes hacer con odio, no quiero que pase eso, de verdad quiero ser diferente, quiero llenar de alegría y de mucho perdón ante todo los que está pasando en estos momentos. Es difícil, cuando te matan un muchacho, te lo reprimen, te violan todos tus derechos, es muy duro, pero necesitamos de ese perdón para poder seguir adelante y hasta para poder hablar, porque si yo no tuviera calma y no hubiera perdonado, no pudiera ni hablar ni enfrentar toda esta situación.
¿Ha recibido algún tipo de amenaza o intimidación?
No, para nada. Muchos han dicho mentiras, pero nadie me ha amenazado.
¿Llegó a sentir que alguien quiso manipular su caso para beneficiarse o siempre hubo apoyo de todos los sectores?
Todas las personas que a se me han acercado gracias a Dios han mantenido una posición muy clara, tanto fue que cuando Lilian Tinttori me propuso hacer la campaña, y le pregunté ¿Lilian de verdad vamos a hacerla por los Derechos Humanos o por Voluntad Popular? y ella fue muy enfática y me dijo: ‘esto es por la defensa de los Derechos Humanos de nuestro país’, y estuvimos totalmente de acuerdo. A nosotras ninguna bandera política nos amparó. En el caso de Leopoldo López, lo admiro mucho, lo aprecio a él, a su familia y siempre he estado pendiente de todos ellos; pero Lilian siempre ha respetado que estamos trabajando por los DDHH de todos los venezolanos.
¿Qué palabras le diría a los funcionarios de la GNB que en la actualidad reprimen durante las manifestaciones opositoras?
Los asesinos de mi hija están presos, pero quienes dieron las órdenes siguen libres, les pregunto, qué hacen ustedes obedeciendo órdenes si no se obedecen a ellos mismos como venezolanos, si no están del lado de la verdad, del pueblo. Al final, todo delito tendrá su condena.
¿A qué le teme?
A nada, solo a Dios, a más nadie; y no le tengo temor porque me castigue, sino que en un futuro no me permita volver a estar junto a mi hija.
Para lograr superar el asesinato de Geraldine, ¿buscó ayuda psicológica, espiritual?
Mi ayuda y mi refugio solo han sido Dios, y la virgen. Solo ellos bastan.
Su mensaje para el país…
Sigamos en la lucha, la luz de este oscuro camino ya se está viendo, continuemos luchando, firmes, irreverentes, necesitamos de todos para lograr salir de este régimen que nos ha oprimido durante estos 19 años.
2017-05-13