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Juan Paullier, corresponsal de la BBC de Londres, se dedicó a ver la señal de Venezolana de Televisión para analizar su programación y sus mensajes
¿Cuánto tiempo está el venezolano al frente del televisor? ¿Juega al zapping o se entrega a la primera imagen que le presenta “la caja boba? ¿Se vacila la programación deportiva de Meridiano? ¿Tiene nostalgia de Rctv, o sigue la programación oficial que le proporciona “la hegemonía comunicacional” del Estado venezolano?
Si el menú oficial resulta atractivo para ese venezolano promedio que se sienta frente a la pantalla, Venezolana de Televisión podría resumir mejor que otro canal, la saturación propagandística; no importa si se sintoniza un programa informativo, un magazine, una transmisión deportiva o un espectáculo musical.
Tampoco hay diferencias en el tinte aplicado si madrugamos frente al aparato, si seguimos los espacios de la mañana, tarde o noche. La tendencia persiste las 24 horas al día, incluso sábado o domingo, cuando por medida general, otros canales se apoyan en largometrajes.
Conocedor del terreno. Juan Paullier no es chavista, ni militante del Partido Socialista Unido de Venezuela o alguna organización que integre el Gran Polo Patriótico. Su misión periodística al frente del servicio digital de BBC Mundo fue ver a Venezolana de Televisión por una semana.
No se puede decir que Paullier es un corresponsal ocasional que llega al país y hace un paneo a la carrera para cumplir.
En 2011 y parte de 2012 fue corresponsal de BBC Mundo en Venezuela y hace poco regresó por unos días a Caracas para instalarse frente a la señal oficial de Los Ruices, para percibir cómo se aprecia el día a día del venezolano.
Refiere Paullier que en sus anteriores misiones debió ser, por obligaciones de la profesión, un espectador de VTV, dado a que el entonces Presidente Hugo Chávez, era reacio a conceder entrevistas y seguirlo en cadena nacional era lo conveniente para enterarse de los actos de gobierno y otros asuntos.
Resalta Paullier que aquel hábito resultaba tortuoso, por la atención que debía tener a las largas y largas horas del mensaje del Jefe del Estado.
Ciega, sorda y muda. Paullier advierte, como muchos, que en VTV “es casi imposible escuchar a alguien admitir que los venezolanos no la están pasando bien.
Y “en las ocasiones que lo hacen” (…) “los responsables de los diferentes males, de acuerdo al léxico oficialista, son el imperio, la oposición fascista, los empresarios apátridas, el mercado capitalista o el fenómeno de El Niño”.
Excesos. Sin sobresaltos, dada su experiencia de corresponsal en el país, Paullier advirtió que en la semana de movilización de miles de personas para autentificar sus firmas en el proceso revocatorio contra el Presidente Nicolás Maduro, VTV casi no se dio por aludido.
Explica más adelante que el canal estatal minimice a la oposición y sea vocero, órgano de propaganda y defensor del Gobierno no es único de Venezuela, “pero acá las cosas parecen haberse llevado al extremo”.
Cadenas. Fuera de la programación regular, la parrilla, como se le conoce en el argot del medio, la cadena presidencial irrumpe por lo general en el llamado “prime time”, la hora en la que un mayor número de televidentes está frente al aparato.
El recurso entró en el día a día con el Presidente Hugo Chávez. Poco después de entregar su mandato, Rafael Caldera advertía en 1999, que su sucesor encadenaría al país.
Su hijo, Juan José Caldera en su condición de diputado intentó en vano elaborar una ley que regulara las intervenciones del Presidente de la República, para preservar los equilibrios democráticos.
La intención ha sido discutida fuera y dentro de las paredes de la Asamblea Nacional, solo que ahora, la mayoría obedece a la oposición, que ve de nuevo la oportunidad de ponerle coto a las largas exposiciones presidenciales y a la transmisión de actos oficiales por lo que debería ser “el canal de todos los venezolanos”.
Art.57
El uso continuo de la cadena está reñido con lo consagrado en el Art. 57 de la Cons- titución, que preserva el derecho a la libre expresión del pensamiento, según el Instituto Ininco.
2016-07-09