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Hace un año, Venezuela se levantó y enfrentó con valentía a la tiranía. Con un costo altísimo, coraje y determinación; logramos que el mundo asumiera la tragedia venezolana y su impacto en la región. La comunidad internacional pasó de la retórica a la acción.
Hoy, debemos mantenernos firmes en nuestra ruta para lograr el objetivo final: la liberación y reconstrucción de Venezuela. Nada puede distraernos de ese propósito, ni el narco fraude, ni otro falso diálogo; nada que le dé al régimen tiempo, reconocimiento y oxígeno.
Para eso, después de dos décadas de resistencia y lucha, es indispensable asumir las lecciones que hemos aprendido. Estas lecciones son necesarias para concretar de una vez la salida de Maduro y las mafias del poder, y para asegurarnos que nunca jamás otro totalitarismo se establezca en Venezuela:
1. El socialismo no funciona. Ni aquí, ni en ninguna parte del mundo; busca la “igualdad” y efectivamente la logra: hace a todos pobres.
2. El comunismo no sale por las buenas; hacen elecciones cuando están seguros que las van a ganar, por fraude, extorsión y represión. Para sacarlos del poder se requiere articular la fuerza: popular, internacional e institucional.
3. El hambre y la miseria la provocaron intencionalmente; no es “ineficiencia”. Quieren hacer de nosotros un país de exiliados y de esclavos.
4. El desmantelamiento institucional fue calculado y ejecutado desde el día uno: destruir el sistema de justicia, de comunicación, la administración pública y la propia Constitución; para crear un “Para-Estado”, comunal y criminal, que asume el control de todo.
5. El primer objetivo del régimen fue destruir a la Fuerza Armada Nacional. Una institución militar profesional y sólida jamás habría permitido la entrega de nuestra Soberanía Nacional a Cuba, ni el control de medio territorio por la guerrilla colombiana, ni su desintegración, como hoy ocurre en el Esequibo.
6. Enfrentamos un sistema de mafias, no a una dictadura convencional. Las redes más oscuras del crimen mundial han confluido para respaldar a este régimen, apropiarse de los recursos de Venezuela y sus mafias han penetrado todos los sectores de la sociedad. Estos intereses no quieren que Maduro se vaya.
7. La democracia mundial es necesaria para desalojar a la tiranía del poder. Un régimen que amenaza a la región y al mundo también debe ser enfrentado por las fuerzas democráticas internacionales.
8. La unidad efectiva es la unidad de propósito; y este sólo es la dimisión de la dictadura. Una unidad con una estrategia errada o una política débil, anula la vanguardia y sirve para la perpetuación de la tiranía.
9. La crueldad y la oscuridad del régimen, no impidió que surgiera lo mejor de nosotros: la solidaridad y la generosidad. En medio de la necesidad extrema, los testimonios de entrega y amor entre ciudadanos, son la fuerza que hoy derriba las barreras que construyeron en 20 años.
10. ¡Confianza! Esta es la clave: confiemos en nuestra fuerza, en nuestra generación y en lo que somos capaces de hacer. Quien no confíe en su gente, no merece liderarla.
Estas lecciones han sido muy dolorosas, y las haremos indelebles. Llamar las cosas por su nombre, no hacer concesiones en materia de principios, desconocer la tiranía. Todos los días rebelarnos: manteniendo tu negocio abierto, asistiendo a la universidad, denunciando cada atropello, organizando a tu familia y a tu comunidad, elevando tu voz, cada día más fuerte. Actuando con coherencia: no le pidas condiciones electorales porque no te las van a dar; exige su dimisión.
Un nuevo punto de quiebre va a llegar porque la exasperación y la energía de la gente crece en todo el país cada día que pasa; y porque las sanciones y delaciones internacionales aceleran el quiebre de los pilares que le quedan al régimen. Hemos aprendido lo que se requiere para que ese día sí avancemos a la Transición.
2018-04-09