Nayzai Saavedra|nsaavedraqdearmas.com
La doble carga de malnutrición que se ha establecido en el continente americano sigue tomando cuerpo en Venezuela, por lo que no es raro encontrarse con ciudadanos que están obesos pero que tienen déficit alimentario.
Como es de conocimiento público, el problema de la obesidad va más allá de lo estético. Está demostrado que conduce a una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, colesterol alto, estrés, depresión, distintos tipos de cáncer, entre otras.
Nixa Martínez, presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela, evaluó que debido a las condiciones del país no se puede decir que en la actualidad hay un alto elevado porcentaje de obesidad, aun así indicó que los nuevos casos se están notando sobre todo en los niños.
Martínez explicó que se trata de una obesidad oculta por la falta del consumo de uno de los nutrientes indispensables, en este caso el de la proteína.
Martínez recordó que hay dos extremos en cuanto a la alimentación, déficit y exceso, pero que en el país una sola persona puede estar presentando ambas condiciones. Actualmente el exceso del consumo se está dando a expensas del grupo básico de los carbohidratos y el déficit en el de las proteínas.
Estos carbohidratos se acumulan en el organismo y forman un cuerpo con sobrepeso y posteriormente obesidad. La especialista señaló que se debe a la acumulación de líquidos por la ausencia del aporte protéico.
“Llama la atención que se está viendo más en niños que en adultos, la proteína es indispensable para asimilar y absorber los carbohidratos. Pero, para saciar el deseo de comer o el hambre, las persona optan por el consumo de carbohidrato que es lo más accesible y económico”, dijo Martínez.
Para la presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas, esta obesidad es evidente más allá de la masa corporal. La piel también es una señal, cambia de tonalidad, se hace más cristalina, porque no queda pigmentación suficiente para manifestar piel sana. Esto ocurre por el acumulo de líquidos.
Consecuencias. En los niños esta obesidad por falta de proteínas provoca agotamiento, debilidad en órganos. Afecta desde el comienzo el desarrollo del coeficiente intelectual. El crecimiento físico se detiene, se produce una inflamación a nivel de extremidades que impide el desarrollo.
Además, se compromete el sistema inmunitario y aumenta el riesgo de padecer enfermedades infectocontagiosas, respiratorias y digestivas. Puede afectar el hígado, básicamente porque en este se acumula el mayor reservorio de los carbohidratos.
Al no tener el aporte de aminoácidos de la proteína también se pueden generar una serie de alteraciones, renal corazón, pulmón, cerebro y el sistema muscular.
En el adulto primero se manifiesta decaimiento, cansancio, desestabilidad emocional. La persona se agota y compromete una serie de órganos, básicamente el páncreas y el hígado. Tiene menos impacto que el niño a corto plazo porque hay cierta reserva de proteína que puede tolerar el exceso de carbohidratos –por un cierto tiempo– y lo que generalmente se manifiesta primero es el desarrollo de enfermedades como la diabetes, acompañado de la hipertensión.
Todos estos riesgos asociados van a comprometer el corazón y los pulmones por el acumulo de líquidos y la ausencia de proteínas y aminoácidos que lo disminuyan, causando afecciones respiratorias. La cardiopatía isquémica y determinados cánceres también son atribuibles al sobrepeso y la obesidad.
El eterno versus. El sobrepeso y la obesidad no son lo mismo aunque ambos se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial.
El índice de masa corporal (IMC) –peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2)– es un índice utilizado frecuentemente para clasificar el sobrepeso y la obesidad en adultos. La OMS define el sobrepeso como un IMC igual o superior a 25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30.
Sugerencia. Martínez recomienda aumentar el consumo de frutas, vegetales verdes, acompañados del carbohidrato y los granos, que son los que van a aportar vitaminas y minerales que pudieran sustituir por cierto tiempo la ausencia del aporte de proteínas.
A moverse. La organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la disminución de la actividad física produce igualmente un desequilibrio energético que desemboca en el aumento de peso.
La realización de actividades físicas habituales de intensidad moderada durante al menos 150 minutos a la semana reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, y cáncer de colon y de mama.
La OMS considera que el entorno es fundamental, la responsabilidad individual solo puede ejercer plenamente sus efectos cuando las personas tienen acceso a un modo de vida saludable y reciben apoyo para elegir opciones saludables.
Corresponsabilidad. Para frenar la epidemia mundial de obesidad es necesaria una estrategia poblacional, multisectorial, multidisciplinaria y adaptada al entorno cultural.
El Plan de Acción de la Estrategia Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades no Transmisibles constituye una hoja de ruta para el establecimiento y fortalecimiento de iniciativas de vigilancia, prevención y tratamiento de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la obesidad.
Dato. 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso en todo el mundo en 2016. La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI.
Los niños con sobrepeso tienen muchas probabilidades de convertirse en adultos obesos y, en comparación con los niños sin sobrepeso, tienen más probabilidades de sufrir a edades más tempranas diabetes y enfermedades cardiovasculares, que a su vez se asocian a un aumento de la probabilidad de muerte prematura y discapacidad.
La mala alimentación causa problemas a corto y mediano plazo. Especialistas insisten en comer vegetales y menos grasas.
2017-11-12