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El director fundador del Centro Comunitario de Aprendizaje, Cecodap, Oscar Misle se plantea si en medio de una pandemia en el país, “¿la educación tal y como está concebida es lo que necesitamos?. ¿Se trata de llevar el salón de clase a la pantalla con las mismas herramientas, mismos contenidos y mismas exigencias?”.
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Añadió en entrevista con nuestro director Juan Ernesto Páez-Pumar: La Conversa 2.0, en Instagram Live por @20011online que en todo caso “habría que pensar en esta contingencia que vivimos cuál es la necesidad que tenemos los venezolanos para poder ser atendidos y no solamente tener la capacidad para atender a los hijos y de apoyarlos para la transmisión de contenidos”.
Destacó, “qué dice la mamá, yo no soy maestra. A mí se me olvidó lo que es un diptongo, una sílaba tónica, la capital de cualquier país”. Se les está exigiendo los contenidos que pudieran haber sido interesantes en algún momento pero que la madre o padre cuestiona.
“Creo que hay que cambiar, modificar el currículo para que lo que se aprende en la escuela sirva para la vida y sea significativo, pero la gente tiene que asumir el rol y convertirse en un maestro para lo cual no está preparado ni está en condiciones para hacerlo”, precisó.
Misle comentó que con la pandemia algunos padres emigraron y dejaron a los hijos con otros familiares, lo que complica la situación del estudiante y acarrea problemas de salud mental.
Destacó que Cecodap hizo un estudio con 1.407 pacientes que asistieron al servicio de atención psicológica, de los cuales el 31% presentó problemas emocionales que se traducen en ansiedad, angustia y depresión.
“Lo que más alarma es que 20% de estos pacientes que son menores de 18 años, vinieron por ideas de suicidio. Los adolescentes sienten que su proyecto de vida no tiene posibilidades”.
Añadió que los jóvenes no pueden relacionarse con sus parejas, están en pleno florecer de su sexualidad o de atracción sexual y no pueden hacerlo porque tienen que estar en aislamiento social.
Destacó que está bien tomar medidas para no infectarse con COVID-19, pero qué pasa con el efecto psicológico del virus. Esto no es tratado y desde el primero de septiembre se comenzó a pasar contenido y hacer evaluaciones.
Agregó que no hubo en las escuelas un espacio para que docentes y estudiantes conectaran para saber qué no funcionó el año pasado, qué alternativas ven para darle vida a la palabra participación.
Comentó que los estudiantes pasan cuatro horas frente a una pantalla con un receso de 15 minutos, ese tiempo de corte debería aprovecharse para incorporar algunas herramientas para motivar al estudiante.
“El estudiante que se siente ansioso y angustiado no aprende, lo dicen los estudios de educación emocional. La disposición que necesita para aprender tiene que partir de la motivación o pierden el interés por la materia y se convierte en una tortura para él y la familia”, aseguró.
Aprovechó el espacio de @2001on line para invitar a los colegios a preguntarse cómo dan respuesta no solo a las necesidades académicas sino a la situación que vive la familia para trabajar de forma coordinada, donde haya un feed back donde las partes se sientan apoyadas.
Resaltó que “muchas familias sienten que en medio de la teleeducación algunos planteles y profesores se desentendieron de ellos. Hay que buscar alternativas reales como tutores o maestros que orienten sobre los contenidos”.
Misle destacó que el 20% de los colegios del país son privados y 80% públicos. Los privados imparten mucho contenido para justificar de alguna forma la inversión que hace la familia para que su hijo logre los objetivos académicos, lo que agobia a la familia.
Acotó que “algunos colegios comienzan a incorporar estrategias para el apoyo socio emocional”.
El directivo de Cecodap aseguró que “no tenemos cifras de deserción escolar, debido al problema de las estadísticas en el país y la dificultad de tener data actualizada, pero sí tenemos casuística en las consultas que nos hacen por nuestras redes sociales pueden ver la preocupación del sector que está desconectado, excluido de conectarse tecnológicamente”.
Resaltó que el atractivo de la escuela ya estaba en tela de juicio antes de la pandemia, “imagínate a distancia y sin posibilidad de conectarse a una pantalla por la realidad que sabemos, hay posibilidad de que deserten por el abandono que pueden tener, y hay una brecha de injusticia entre quienes tienen conectividad y los que no”.
Cecodap en cifras. Misle indicó que con el apoyo de Datanálisis la institución efectuó un estudio para conocer qué piensan las familias de la educación a distancia. El 72% consideró que era deficiente o mala, las personas mayores de 60 años, los abuelos ven mal la educación a distancia por las dificultades con internet.
“El 87% consideró que la vía ideal es internet aunque no lo tengan, no ven otra alternativa porque ante la posibilidad de usar radio o TV para llegar a mayor número de personas no llega a 5% de la población que ven esta vía como factible”.
“El 78% dijo que el año escolar debió empezar para repasar y no dar contenido nuevo porque tienen dudas sobre lo aprendido; y 11% afirmó que recibieron apoyo psicosocial y socioafectivo”.
2020-10-26
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