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Varios países en América Latina han modificado sus Constituciones en los últimos años para dar pie o ampliar la posibilidad de una reelección presidencial.
Este domingo, Bolivia fue escenario del referéndum 2016 que buscaba modificar la Carta Magna para permitir la reelección indefinida.
Evo Morales promovió en su primer mandato la redacción de una nueva Constitución para “refundar” Bolivia. La Constitución de 2009 estableció que el máximo que una persona podía estar en el poder eran dos mandatos consecutivos, pero en mayo de 2013, se promulgó una ley que permitió a Morales ser candidato en los comicios de 2014.
Por otra parte, la Constitución venezolana de 1999, promovida por el fallecido expresidente, Hugo Chávez al poco tiempo de llegar al poder, fue enmendada diez años más tarde para permitir la reelección inmediata de cualquier cargo de elección popular de manera continua o indefinida.
Chávez, quien fue presidente de Venezuela desde 1999 hasta su muerte en 2013, trató sin éxito de reformar íntegramente su propia Constitución en 2007, pero dos años después la ciudadanía dijo “sí” en un referendo, por ahora única enmienda a la Carta de 1999.
El Congreso de Nicaragua aprobó en 2014 una reforma parcial que establece la posibilidad de reelección indefinida para el actual presidente Daniel Ortega.
Ortega, de 68 años, asumió la jefatura del Estado en 2007 para un período de cinco años; en 2012 inició un segundo mandato y en 2017 puede afrontar un tercero, ahora que la Constitución le permitirá presentarse a las elecciones de 2016.
Por otro lado, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, que lleva en el cargo desde 2007, promovió una nueva Constitución, la de 2008, que limita a dos los mandatos presidenciales consecutivos.
En 2014, Correa ratificó que no tiene intención de cambiar la Carta Magna para seguir en el Palacio de Carondelet más allá de su actual mandato, que concluirá en 2017.
“Es un gran daño que una persona sea tan indispensable, que haya que cambiar la Constitución para afectar las reglas de juego”, señaló.
En Argentina, la última reforma constitucional, la séptima desde 1853, data de 1994 y una de sus novedades fue la introducción de la reelección presidencial inmediata por una sola vez.
A inicios de año 2014, los partidarios de Cristina Fernández, reelegida en 2011, hablaron de hacerla “eterna” mediante una reforma que no progresó por lo que no pudo ser candidata para las elecciones de 2015, que fue ganada por el opositor Mauricio Macri.
En Cuba, la Constitución de 1976 fue reformada en 1992 y no hay restricción para renovar mandatos, aunque el presidente Raúl Castro, reelegido por la Asamblea Nacional en 2013, anunció en 2014 que promovería una reforma para limitar los mandatos políticos a diez años y establecer una edad máxima para ocupar las principales responsabilidades del país.
En Brasil, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, habría manifestado en el año 2012, que "cuando estaba en la presidencia de la República y tenía el 87% de aprobación, prohibí que mi partido, por medio de mis compañeros diputados, presentara cualquier tipo de enmienda proponiendo mi reelección".
Lula, aseguró que "la democracia es un ejercicio de alternancia de poder, no sólo de personas, sino de sectores de la sociedad".
En 2015 la presidenta Dilma Rousseff, tras haber sido reelegida por segunda vez, procuró una reforma política que pusiera fin a la reelección consecutiva en los cargos ejecutivos.
Después de que Rousseff, finalice su mandato en 2018, el presidente entrante solo podrá ejercer una sola vez, sin tener una reelección inmediata. /Con información de EFE
2016-02-21