Diario 2001
El Gobierno de Nicolás Maduro puede tomar un respiro de sus problemas con Washington y la oposición venezolana en estos días, basado en dos factores: un aumento notable en los precios del petróleo y una baja en el dólar paralelo.
El martes el petróleo bajó ligeramente, pero el precio promedio mensual para mayo es el más alto desde diciembre 2014. En la cesta venezolana, mayo promedia $56,65 por barril, contra los $54 por barril que se generaban en diciembre (en enero el promedio fue más bajo aún, alrededor de $40/barril).
Es decir, que midiéndolo desde enero, la cesta venezolana ha ganado más o menos 40%. Pero los expertos consultados dicen que un aumento de esa magnitud no alcanza, y mucho menos si no se toman medidas económicas complementarias, como eliminar (o modificar) el control de cambio. En cuanto al paralelo, después de haber llegado a Bs. 422 por dólar la semana pasada, bajó a Bs. 369,86 este martes, un descenso de 13%.
Persiste el problema
Quizás en lo económico el problema más persistente para el Gobierno sigue siendo la caída continua en las reservas internacionales, las cuales están en su punto más bajo desde hace 13 años, $17.526 millones.
Esto es menos de la mitad del récord de reservas establecido en 2009, cuando esta medida llegó a superar los $43 millardos, y casi $13 millardos menos del nivel mínimo establecido en la Ley de Reservas Internacionales, que es aproximadamente de $30 millardos. La recuperación del precio del petróleo todavía no ha podido beneficiar a las reservas.
¿Será suficiente?
La pregunta es: ¿Basta con este aumento en los precios del petróleo para salvar las cuentas del Gobierno venezolano? “No, no es suficiente este aumento solo”, dice el economista Jesús Casique.
El especialista recuerda que Venezuela está registrando un déficit fiscal equivalente a 20 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (unos $80 millardos).
“Suficiente sería que el barril suba a $150, pero ese es un escenario totalmente descartable. Esto solo no va a resolver nada”. Casique dice que para que una tendencia sea una tendencia tiene que durar, al menos, seis meses y el incipiente aumento en los precios del petróleo que se ha venido registrando aún no ha cumplido un semestre.
Sí hay varias cosas que el Gobierno puede hacer, aña-de Casique. “Es necesario una mayor disciplina monetaria y una mayor disciplina fiscal”, dice el economista. Y estas deben ir aunadas a una flexibilización o eliminación del control de cambio. “En general, eliminar la burocracia”, dice Casique. “Un des- montaje progresivo del control de cambios, que es sinónimo de corrupción y dese- quilibrio”, remató.
Corrupción
En una entrevista televisiva, también el martes, Luis Vicente León, director de la firma de análisis económico Datanálisis abogó por una modificación del actual control de cambios, ya que este había generado “corrupción”. “Se debe reconocer que el modelo (de control de cambios) no funciona”, dijo León. “Si el Gobierno quiere resolver, debe permitir flexibilizaciones del mercado cambiario”.
¿Fin del control?
Casique afirma que el Gobierno prepara una nueva “meneada de mata cambiaria”, y las declaraciones de León parecen apuntar en esa misma dirección. Un nuevo esquema cambiario, o la flexibilización del actual, conllevaría casi obligatoriamente un nuevo ajuste en los tipos, lo que podría considerarse una nueva devaluación, aunque el Gobierno enfrentará en unos meses su primer gran desafío electoral, después de la desaparición física de Chávez.
2015-05-27