Andreína Domínguez U.
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Una de las incógnitas que surgen luego de los nombramientos del cardenal Baltazar Porras y el nuevo Superior General de los Jesuitas, Arturo Sosa, es, sin dudas, si esta decisión responde a una expresión de la Iglesia Católica ante la coyuntura del país.
Según historiadores y expertos en materia religiosa, no sería apropiado atribuir que el ordenamiento de estos jerarcas del catolicismo se produce por la crisis que atraviesa Venezuela, pues para la toma de estas decisiones se considera la trayectoria histórica, el mérito y otros factores. Sin embargo, los especialistas coinciden que en definitiva la representación tanto de Porras como de Sosa pudieran derivarse de la preocupación del Vaticano frente a los serios problemas del pueblo venezolano.
Agustín Moreno, profesor universitario e investigador, expresó que la designación de estos voceros eclesiásticos, se debe a una razón netamente histórica, aunque no descartó la posibilidad de que también forme parte de un apoyo de la Iglesia, especialmente a la postura del arzobispo de Mérida, hoy cardenal, Baltazar Porras, en función a lo que ha sido el modelo político actual. "Él ha sido muy frontal y categórico a lo que son los principios del humanismo cristiano y las propuestas que ha hecho este Gobierno, creo que esto ha sido un apoyo de la Iglesia Católica, una manera de ratificar la posición de Porras que es además una posición institucional", señaló.
Con respecto al padre Arturo Sosa, electo para dirigir la orden Compañía de Jesús, indicó que "como rector de la Universidad de Táchira y miembro de los jesuitas ha sido más discreto en cuanto sus posiciones reales en relación a las políticas de este Gobierno".
Preocupación y compromiso
No obstante, Moreno agregó que "puede leerse que la Iglesia Católica está preocupada por lo que está ocurriendo en el país y estos dos delegados que no son cualquier persona sino hombres de impecable trayectoria pueden tener una actuación bastante notoria frente a la situación que está viviendo le den una mayor proyección internacional a lo que está ocurriendo en el país".
Para Tomás Straka, individuo de la Academia de la Historia, ambos nombramientos tienen una gran significación para Venezuela, en virtud de que son hombres formados en el país que están profundamente preocupados por la realidad venezolana. "Además tienen un enorme compromiso con determinadas causas (importantes para Venezuela) de alcance mundial donde seguramente se van a oír sus voces".
Straka no dudó en pensar, si pudiese existir la posibilidad que durante el "murmuratio" (reunión de cuatro días donde los jesuistas intercambian información para posteriormente elegir al nuevo Superior General), se haya tomado en cuenta la nacionalidad del padre Arturo Sosa y que las circunstancias de Venezuela hayan jugado un papel importante o no.
Recalcó que "en efecto, esta realidad coloca a Venezuela de alguna manera en el punto de la mira, en un lugar distinto dentro del panorama".
Por otra parte, Rafael Luciani, teólogo, expuso que "la elección del padre Sosa representa el giro de una Iglesia que quiere mirar hacia las periferias, hacia el sur, que quiere caminar con los pueblos pobres y sus culturas, pero desde ellos y dándoles voz propia".
Añadió que la elección de un General latinoamericano expresa el proceso de madurez eclesial y teológica que ha vivido la Iglesia en América Latina durante los últimos años. "Ahora se convierte en un claro aporte a la Iglesia universal y sus opciones, como son los pobres, los inmigrantes, la crítica a los sistemas económicos y políticos que crean exclusión e inequidad, y tantos otros temas sociales que preocupan mucho hoy en día, en esta época global. Esto lo hemos visto primero con la elección del papa Francisco, y ahora con Arturo Sosa como nuevo General de la Compañía de Jesús".
Positivo
El monseñor Ramón Ovidio Pérez Morales expresó que "es evidente que estas designaciones constituyen un motivo de alegría, esperanza y ánimo para Venezuela, es una forma de decir que saldremos adelante".
Pérez Morales no interpretó los nombramientos de Baltazar Porras y el padre Arturo Sosa como una "mera casualidad" con respecto a la decadencia actual que se vive en cada rincón del país. Recordó que estas designaciones responden a las calificaciones de cada uno de los jerarcas católicos. Sin embargo, enfatizó que puede cristalizarse el interés que tiene la Santa Sede por Venezuela. "De una u otra forma ha influido el interés de la Iglesia Católica por este país producto de las circunstancias en las que se encuentra", refirió.
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2016-10-15