2001.com.ve
La crisis originada por el Coronavirus dentro y fuera del país tiene a los criollos que trabajan de manera independiente en una angustia permanente.
Su mayor preocupación es no producir ingresos diarios para poder cubrir la manutención de su familia y de ellos mismos.
Los venezolanos ya vivían un día a día rudo para llevar el pan a sus casas, pero ahora el estar en cuarentena hace que algunos se debatan entre lo que deben hacer por salud y su realidad repleta de responsabilidades y hambre.
Ana Castillo, de 66 años, tiene un puesto de empanadas que le da el sustento diario desde hace más de 20 años, pero ya tiene dos semanas sin producir y aunque le han hecho algunos encargos teme que estos se agoten y que la situación económica del país se agrave por el Covid-19.
“Yo vendí bien hasta el viernes que anunciaron que habían dos casos de la gripe china. Ese día vendí mis 40 empanadas pero ya el sábado que siempre vendo un poco más, solo hice 30, y el domingo no trabajé porque mi hijo que está en Perú me lo pidió. Ahorita no estoy abriendo el negocio pero tengo unos cuantos clientes que me han encargado 10 empanadas un día, otros dos días no me sale nada y así vamos. Honestamente es una preocupación porque con la pensión no alcanza para nada y mi negocio está parado. Mi esposo me ayuda en el puesto y también tiene mi edad, no hay mayor trabajo que podamos realizar en este momento y los ahorros como tal no tenemos; vivimos de lo que nos da el negocio y prácticamente estamos parados”, dijo la mujer.
Una situación parecida vive Víctor Santos, un emprendedor de cacao orgánico al que le preocupa que tiene la nevera casi vacía y durante lo que va de cuarentena solo ha vendido dos kilos de su producto.
“Creo que la mayor preocupación de las personas que dependemos de un ingreso diario o de un emprendimiento es la paralización económica. En esta situación las personas solo piensan en abastecerse con lo primordial y en este caso es comida. Tengo la ventaja y desventaja de que el cacao funciona para realizar postres y durante este tiempo la gente está tratando de hacer tortas para disfrutar en casa; pero el venezolano primero compra lo esencial que es la comida y luego ve si le queda para un ‘gustico’ dulce, entonces allí se tranca mi negocio y mi nevera no ve cómo llenarse”.
Del lunes al domingo pasados Santos solo vendió dos kilos en tabletas de 250 gramos a varios vecinos de la urbanización, cuando normalmente vende de 6 a 10 kilos semanales porque le suministra a cafeterías, reposteros y dos panaderías cercanas. “No he podido salir últimamente por el tema de aislamiento y la gasolina”, contó el comerciante.
Santos detalló que le teme a las consecuencias económicas que puede traer el efecto del Covid-19. “China tiene dos meses en cuarentena debido a los casos, no sé si en Venezuela pudiéramos aguantar algo así. La medida de cuarentena es buena, la mayoría de los países está en lo mismo, pero aquí la mayoría le da de comer a sus hijos de lo que hace a diario y si no estamos produciendo ya sabemos el resto. Quiera Dios que todo esto pase y que Venezuela y el mundo se logre recuperar de este golpe”, aseveró.
Por su parte el peluquero Jesús Goitia está preocupado porque trabaja de manera independiente y con la pandemia sus clientes lo han dejado de llamar. “Honestamente es evidente que estamos pendientes de ir a comprar comida, es difícil que una clienta me llame para que le haga mechas, corte y keratina; no va a gastar 30 dólares en el cabello y no darle de comer a sus hijos. Mi mayor temor es que se agoten mis pocos ahorros antes de que todo este horror que vivimos en todo el mundo se pare y no tenga para cubrir alimentos y medicinas para mi mamá y para mí”, expresó
En el extranjero. Los connacionales en otros países también le temen a lo que pueda ocasionar el nuevo Coronavirus más allá de la enfermedad física que ha dejado más de 19 mil muertos en el ámbito mundial.
Pagar alquileres de los lugares donde viven para no quedar en la calle, comprar comida, enviar dinero a sus familiares y no quedar sin ingresos diarios debido alas consecuencias del Covid-19 son sus mayores preocupaciones.
Adriana Díaz tiene un año en Chile junto a su esposo, ella trabaja vendiendo tortas y pasapalos para fiestas infantiles, pero pese a que el presidente de ese país no ha dictado una medida concreta de cuarentena, los más de mil casos alertan a la población y su negocio no está generando ganancias.
“El último encargo fuerte fue hace tres semanas, pero tengo ese tiempo sin generar nada y mi esposo gracias a Dios está trabajando en una empresa que lo envió a trabajar desde casa, pero en mi caso no me ha salido ninguna venta, solo mis vecinas ecuatorianas me encargaron una bandeja de 50 tequeños, pero eso no nos da para pagar el alquiler. Mi mayor temor es que Chile se vuelva un foco infeccioso y que cuando tomen medidas sea tarde para la salud y para la economía; temo que nuestros ahorros se agoten muy rápido porque no han congelado los arriendos ni han ordenado inamovilidad laboral ni algo para proteger también a los que estamos emprendiendo”.
2020-03-27
Para mantenerte informado sigue nuestro canal en Telegram https://t.me/Diario2001Online