2001online.com | Johann Rangel
Las soluciones mágicas no existen para superar la crisis política que vive Venezuela, pasar la página de las carencias que tiene la sociedad actual, será una tarea que llevará tiempo y los dirigentes tienen que hablar con claridad a la gente “es un proceso largo”.
Así lo considera el historiador, escritor, ensayista, y poeta Rafael Arráiz Lucca, quien fue entrevistado director de Diario 2001 Juan Ernesto Páez-Pumar, en el Instagram Live “La Conversa 2.0”.
El intelectual señala que la variedad de propuestas de la oposición hace que el cuadro parezca “muy extraño, incierto. Es difícil pronunciarse y decir que este es el camino”.
Para explicar las corrientes y su impacto en el panorama, el autor sitúa las tres más conocidas, la que encabeza Juan Guaidó con la Asamblea Nacional; la segunda que lideran María Corina Machado y Antonio Ledezma y la tercera la posición de Henrique Capriles Radonski.
La ruta de Guaidó tiene su base en el desconocimiento del actual Parlamento a “la legitimidad de Nicolás Maduro”, en consecuencia, el ente asumió las funciones del Poder Ejecutivo y esto lo respaldan 60 países.
“Pero eso no fue suficiente para que Nicolás Maduro abandonara el poder real. Pasa el tiempo, y Guaidó no asume los hilos del poder. En la medida en que pasa los días, su proposición se ha desgastado”, reflexiona.
El respaldo internacional se refleja en las sanciones internacionales de Estados Unidos, Grupo de Lima y la Unión Europea, “apuestan a que eso conducirá a una salida del poder de Maduro”.
En las deliberaciones de la oposición, surge la propuesta de María Corina Machado y Antonio Ledezma quienes señalan que “la solución es una intervención extranjera”.
Ambas propuestas fueron una constante durante el año pasado. Sin embargo, en el 2020, un factor externo complicó aún más la situación, la pandemia del COVID-19.
En medio de la cuarentena, surgió otra propuesta, la de Henrique Capriles Radonski, que dice que el 6 de diciembre va ocurrir unas elecciones parlamentarias, que están pautadas en la Constitución Nacional, independientemente de la legitimidad de Maduro, y en que en principio hay que ir a esas elecciones. “En eso está relativamente solo. A Capriles lo acompañan los grupos minoritarios”, asevera Arráiz Lucca.
Señala lo complicado que resulta la situación política, aunque la proposición de Capriles “ha movido bastante el panorama, es una introducción nueva dentro del tablero que ha conducido a reflexiones de parte y parte”.
El exgobernador de Miranda aspira a condiciones electorales, y “ha reiterado que si el Gobierno no otorga las condiciones, no se puede ir a la elección. Él se da un margen para que esas condiciones se otorguen. Una de esas condiciones electorales es la supervisión internacional de la Unión Europea.
Considera que este paso “es una jugada más dentro de una oposición que no tiene un proyecto de conjunto claro, hay distintas posiciones. No está claro el camino para pasar la página de la crisis política venezolana actual que cada vez se complica más”.
Cálculo.
El gobierno de Nicolás Maduro desea recuperar la Asamblea Nacional, como le han recomendado los países aliados como Rusia y China con capacidad para hacer grandes inversiones en el campo energético.
“Maduro dice que con una Asamblea legítima, se va a poder recuperar Citgo, el oro de Londres, las líneas de crédito internacionales. Eso está por verse, esos 60 países, al parecer, no van a reconocer la legitimidad de esa nueva Asamblea y vamos a quedar exactamente en lo mismo”.
Aunque “quizás él está contando que los países aliados sí van a reconocer esa Asamblea como China, Rusia, Turquía y Cuba”.
En el caso de China y Rusia “le han dicho desde hace mucho tiempo que el tema petrolero no puede resolverse con inversión de ellos, mientras no esté claro el panorama jurídico para poder hacer inversiones de grandes magnitudes”.
Explicó que la producción petrolera es “prácticamente imposible que se recupere en las condiciones actuales, porque no hay quien haga las inversiones, si no tiene seguridad jurídica. La propia Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no puede hacer las inversiones para recuperar las inversiones petroleras y además pesa las sanciones de Estados Unidos que dificultan su comercialización”.
Juego trancado.
El escritor estima que una posible elección del parlamento no va cambiar las condiciones sociales y económicas del país, cuyo deterioro es “dramático” porque “el motor de la economía es el petróleo y la producción está en 340 mil barriles, entre otras cosas, ni siquiera hay gasolina, hay una situación muy difícil en las refinerías. No se puede ser optimista en el panorama que vemos”.
Interpreta la jugada de Capriles como “un acto de emergencia por mover el tablero para ver si en algún sentido, se vislumbra un camino, un panorama, pero es muy incierto también. Estamos en esa situación de tensión”.
Lo ideal sería que “el Gobierno tomara conciencia de sus dificultades y buscara algún tipo de negociación. Eso lo tiene que hacer el Gobierno de Maduro, no la oposición”.
“Esto es un juego político trancado”, sentencia el historiador.
Institución civil.
En el siglo XX no se pudo construir en el país instituciones civiles fuertes y el predominio del caudillo duró décadas. Destacó que la democracia es una construcción “pacifica, ilustrada, ciudadana, es el mundo en el que queremos vivir”.
Con estos elementos, Arráiz Lucca expresó que colocar “la responsabilidad en la oposición el hecho de que no se haya podido salir del gobierno de Nicolás Maduro es una injusticia”. Agregó que “si ellos lo hubiesen hecho de las mil maravillas, si los militares no están de acuerdo, es difícil una transición, eso es lo que nos enseña la historia”.
A su juicio los factores de la oposición tienen que articular el cómo logrará la transición, si todos están de acuerdo en el objetivo de producir el cambio político.
2020-09-14
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