El Nuevo Herald
El régimen de Nicolás Maduro mantiene una red de espías en Estados Unidos, conformada por simpatizantes de la Revolución Bolivariana a quienes remunera generosamente, pero estos son controlados remotamente desde Venezuela luego de que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) se viera obligado a retirar al personal que operaba desde sus instalaciones diplomáticas.
Documentos y testimonios de ex funcionarios del Sebin recogidos por el Nuevo Herald muestran que las operaciones de inteligencia que realiza Venezuela en Estados Unidos han quedado reducidas a las contribuciones de su red de “Patriotas Cooperantes” y a la recaudación de información de “fuentes abiertas”, como podrían ser reportajes de prensa o información publicada en páginas de internet.
Pero el régimen chavista sigue estando muy interesado en seguir los pasos de personajes y organizaciones clave de la oposición, al igual que personajes de la política estadounidense de importancia para la política de Venezuela, siguiendo el rastro del senador Marco Rubio y la congresista Ileana Ros-Lehtinen, y las actividades de ONGs venezolanas como Venezuela Awareness Foundation y la Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex).
La red de cooperantes cobró una mayor importancia a partir del 2012, luego de que el Sebin se vio obligado a desmantelar la red de espionaje que mantenía en el país a raíz de la expulsión de la cónsul de Venezuela en Miami, Livia Acosta.
Acosta, quien actualmente es la número dos en la división de operaciones internacionales del organismo de inteligencia venezolano, formaba parte de una red de al menos 10 oficiales del Sebin que operaban desde sedes diplomáticas en Estados Unidos, concentrándose el mayor número de ellos en Miami.
“Después de lo sucedido [en el consulado de Miami y en otras sedes diplomáticas], se decidió retirar a todos los agentes que estaban allá”, dijo una de las fuentes que habló bajo condición de anonimato."
“En este momento no hay ningún personal de nómina [del Sebin] en Estados Unidos, aunque sí continúa en otros países”, agregó la fuente, que estaba entre los distintos ex funcionarios consultados para la elaboración de la actual serie sobre las operaciones de inteligencia de Cuba y Venezuela.
Las fuentes consultadas, algunas de las cuales conversaron por varias horas con el Nuevo Herald, resaltaron que el desmantelamiento de la red se produjo luego de que varios oficiales del Sebin fueron expulsados de Estados Unidos.
Acosta fue declarada persona no grata a inicios del 2012, tras aparecer una grabación suya en un reportaje de la cadena Univisión solicitándole a quien ella pensaba era un hacker que consiguiera las claves para poder tener acceso a plantas nucleares en Estados Unidos.
Para ese entonces, la cónsul de Venezuela en Miami ostentaba el cargo de Comisario General y estaba adscrita a la Dirección de Inteligencia, la unidad del Sebin dedicada a las operaciones de espionaje en el exterior.
Pero Acosta no fue la única en ser expulsada.
Al año de su expulsión, el régimen bolivariano perdió otros dos de sus agentes con la salida en marzo del 2013 de Orlando José Montañés Olivares y de Víctor Camacaro Mata, quienes fueron declarados como personas no grata en represalia por la decisión de Caracas de expulsar a dos funcionarios estadounidenses de la embajada de Estados Unidos en Venezuela.
Ambos venezolanos eran empleados del Sebin, con Montañés quien estaba en Washington ejerciendo el grado de subcomisario y Camacaro Nueva York ejerciendo el cargo de Inspector Jefe, según los documentos obtenidos por el Nuevo Herald.
Los otros integrantes de la red del Sebin eran los funcionarios Edgar Alexander González Belandria, Armando José Rivero Ruiz, Williams Antonio Peraza Guaiquirian y Jesús Miguel Blondell Rivas, quienes operaban desde el consulado en Miami.
Adicionalmente, el Sebin contaba con los servicios de Lorena Isabel Simancas Gómez, quien operaba desde el Consulado de Houston, y Liza Torres Alvarado, quien había sido sembrada en la Organización de Estados Americanos (OEA).
El retiro del personal de nómina del Sebin dejó las operaciones de espionaje en manos de la red de cooperantes, quienes consistían en su mayoría de personas que habían sido contactadas previamente por oficiales de la organización de inteligencia o habían sido reclutadas previamente a través de los denominados Círculos Bolivarianos.
“A los cooperantes se les pagaba entre $1,500 y $10,000 dólares [mensuales] por sus servicios, dependiendo de cada caso”, dijo una de las fuentes.
“Algunos de ellos ingresaron por los Círculos Bolivarianos, pero también por los allegados. Viene un funcionario que recomendaba a alguien y lo metían. El [individuo] venía aportando información, y si la información era viable, o validad, o creíble, le iban subiendo de nivel hasta que lo reclutaban”, agregó la fuente.
El pago de los $10,000 mensuales, era el más alto del programa, y normalmente era otorgado a los jefes de grupo, explicó.
Esos pagos, no obstante, eran los que se venían realizando antes de la agudización de la crisis económica producida este año, la cual ha llevado a la agencia de inteligencia a aplicar recortes.
La tarea principal de los cooperantes es recoger información sobre las actividades de la oposición en el exterior, y en especial en Miami, donde reside el mayor número de expatriados venezolanos.
Según los documentos obtenidos, el Sebin documentaba con regularidad las actividades de los activistas venezolanos, recogiendo todo tipo de información desde los comentarios que se realizaban en los foros hasta los reportajes aparecidos en la prensa estadounidense sobre el país.
En uno de los documentos aparece una breve reseña sobre una intervención en el 2010 del ex embajador de Venezuela ante la ONU, Diego Arria, en la “Universidad de Cambridge ante la Jackson Societ Cámara de los Comunes del Parlamento Británico”.
“El referido ciudadano aprovechó este evento para darle continuidad a su campaña de desprestigio contra el Primer Mandatario venezolano [Hugo Chávez], cuestionando el funcionamiento del Poder Judicial venezolano. A su vez, denunció supuestos casos de violación de Derechos Humanos, resaltando el caso de la juez María de Lourdes Afiuni. De igual forma, reitero “Chávez te espero en La Haya, no es un eslogan, es un compromiso”.
En otro de los informes, aparecen datos sobre una visita a Perú del alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma.
“El ciudadano Antonio Ledezma y su esposa arribaron a Lima /Perú el 08OCTB2010 a las 23:00 horas, a bordo del vuelo comercial TACA 035, procedente de la ciudad de Caracas, reuniéndose con los ciudadanos: Manuel Rosales, Ramón Martínez, Eduardo Lapi, Carlos Ortega, Carlos Barboza Rodolfo Barráez, Oscar Pérez y Nixon Moreno, quienes representan focos de insurrección para nuestro país”, reporta el informe.
Y el organismo de inteligencia le presta gran atención a las actuaciones de legisladores hispanos como Rubio y Ros-Lehtinen, así como el alcalde de Doral, el venezolano Luigi Boria, y funcionarios del Departamento de Estado. Según las fuentes, gran parte de esa información proviene de “fuentes abiertas”, incluyendo menciones publicadas en los medios de comunicación que le prestan especial atención al tema de Venezuela, incluyendo a el Nuevo Herald.
De especial interés son los pronunciamientos y acciones de funcionarios estadounidenses que ejercen influencia en la política exterior de Washington y sus posibles interrelaciones con diplomáticos de otros países.