Andreina Dominguez U | [email protected]
El último discurso del presidente Hugo Chávez fue el 8 de diciembre de 2012. El Mandatario venía de lograr una nueva reelección hace apenas tres meses.
Aquel día, no sólo se despidió de sus seguidores, sino que admitió por primera vez la posibilidad de no continuar con su mandato. Por lo que pidió al pueblo venezolano votar por el entonces vicepresidente Nicolás Maduro.
Durante el Gobierno de Chávez, el casco histórico de Caracas fue el punto de encuentro de adeptos al oficialismo, quienes solían reunirse para compartir y celebrar sus victorias.
Hoy, cuando han pasado cuatro años de sus últimas palabras, el ambiente festivo que se respiraba en los alrededores de la plaza Bolívar de la capital para apoyar el proyecto socialista, dejó de ser el mismo.
Analistas políticos aseguran que es producto de la profunda crisis económica del país, de la que no escapa ningún venezolano.
Manuel Malaver, experto en del área, estima que en este último año ha bajado la popularidad de estas zonas.
“Desde febrero más o menos se siente cómo ‘la esquina caliente’, por ejemplo, no es ni la sombra de lo que fue durante el auge del chavismo”, aseguró.
Descontento
Según Malaver “Chávez no tuvo tiempo de vivir la decepción de la gente” por su proyecto político, y fue Nicolás Maduro, el heredero del poder, quien se ve responsable “de la ruinas en las que está el país”.
“Pienso que muchos de los que en un tiempo se reunían en los mítines y sitios como la ‘esquina caliente’ se ven afectados por el colapso humanitario, la falta de alimentos, medicinas, la inseguridad, e incluso están haciendo cola para poder sobrevivir”, dijo.
El politólogo Nícmer Evans comenta que en estos rincones del chavismo hay un esfuerzo por mantenerlos “pero en unas circunstancias de minoría”. A su juicio, “es evidente que el poco apoyo que tiene el Gobierno de Nicolás Maduro”.
El analista político y chavista crítico, afirma que la burocratización “aleja a estos espacios de la realidad que vive el país y del gran descontento de la población venezolana, pues la gente que mantiene estos puntos de encuentros, depende muchas veces de algún aporte que generen las instituciones”.
Aseguró que estos espacios terminan siendo poco críticos ya que sólo tratan de reproducir la versión oficial de la realidad y “aíslan la posibilidad de que se mantengan como espacios de debates públicos, como lo fueron en sus inicios”.
Inicio
En este sentido, recordó que “las esquinas calientes” de Caracas y del interior del país nacieron después del golpe de Estado contra Chávez en el 2002.
Apunta que en aquel momento se convirtieron en los autodenominados “espacios para la defensa de la Revolución”, que en principio tuvieron una gran efervescencia.
“Efectivamente eran espacios de encuentro, de debates, de discusión”, señaló.
Evans aceptó que aún hay quienes se unen porque “voluntariamente desean aportar algo a la revolución”.
Sin embargo, lamentó que hoy en día con el “altísimo rechazo que tiene el Gobierno” estos espacios se están convirtiendo en lugares pocos concurridos por estar distanciados de los problemas de la actualidad, “no se debate la realidad”, fustigó.
No obstante, rechazó que estos puntos “se utilicen como estructuras para el aparato ideológico de justificación de absolutamente todo lo que hace el Ejecutivo”, y sin generar ningún tipo de reconocimiento de los grandes errores que éste comete.
Evans coincide con Malaver, en que la gente está ocupada en tratar de sobrevivir y cada día tienen menos tiempo para estos espacios.
Remuneración
El también dirigente de Marea Socialista añadió que “quizás los encargados de la instalación de estos puntos, podrían recibir algún tipo de ingreso por parte de las alcaldías, como el aporte de los materiales para su desarrollo (toldo, sillas).
El disidente del oficialismo explicó que “antes esto funcionaba como una política de apoyo”. “Habrá a quienes no les pagan, pero tienen expectativas de recibir algo de dinero, cada día disminuye quienes utilizan estos espacios para plantear sus ideas y motivar a la participación política sin ningún interés particular por el medio”, indicó.
2016-12-07