AVN
La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, publicó en su cuenta en Twitter una carta dirigida al secretario de Estado de Estados Unidos (EEUU), John Kerry, en la que le solicita un trato de respeto hacia Venezuela, conforme a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas.
"Desde mi condición de canciller (…) lo invito cortésmente y entre pares iguales a dirigirse a la Patria de Simón Bolívar en términos y formas de respeto, desprovisto de la arrogancia histórica que ha caracterizado el ejercicio del poder en su país, y conforme a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, normas fundamentales para el relacionamiento entre los Estados soberanos", refiere un extracto de la misiva.
La misiva, fechada el 24 de marzo de 2016, es en respuesta a la carta de Kerry que respondía a la invitación que le hizo Venezuela al Debate Abierto sobre Respeto a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas como elemento fundamental para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, celebrado el pasado 15 de febrero.
Rodríguez resaltó a Kerry la importancia de dicho debate, en el cual "ratificamos nuestra máxima aspiración porque los principios de la Carta de las Naciones Unidas, baluartes del Estado de Derecho Internacional, sean realidad única y universal entre todos los Estados".
No obstante, la ministra para Relaciones Exteriores lamentó que a pesar de estos esfuerzos, persistan lo que denominó poderes fácticos abiertos o subrepticios, los que por medio de acciones bélicas, financieras, psicológicas lesivas de la identidad y comunicaciones promuevan el odio y obstaculicen la gobernanza que ha decidido darse el poder popular a través del voto.
Rodríguez reiteró al gobierno de EEUU que si la igualdad soberana de los Estados "fuese respetada por quienes históricamente han abusado de la fuerza y utilizado las amenazas, las medidas coercitivas unilaterales y extraterroriales contra pueblos inocentes y nacionales soberanos, la conflictividad, la violencia y la guerra no habrían martirizado a países tan disímiles como Vietnam, Cuba, el Chile de Allende, pasando ahora por Irak, Libia y Siria, entre tantos otros ejemplos de la dolorosa historia reciente de la humanidad".
La ministra hizo la salvedad de que precisamente Venezuela ha sido una de las víctimas de esas agresiones "por el solo hecho de que decidió transitar por los amplios caminos de la democracia participativa bolivariana y ejercer el derecho inalienable de construir nuestro propio modelo político y social, basado en la inclusión, la lucha contra la pobreza, la educación y salud para todos y las amplias libertades civiles y políticas consagradas en nuestra Carta Magna".
La ministra mencionó también la renovación del decreto del Gobierno de EEUU contra Venezuela, a través del cual se califica a la nación suramericana de una amenaza "inusual y extraordinaria" para Estados Unidos. En tal sentido, reiteró que la prórroga de la Orden Ejecutiva "vulnera la Carta de la ONU y desconoce el clamor del pueblo venezolano y de los jefes de Estado de América Latina y de otras regiones del mundo que expresamente han exigido derogar la aberrante afirmación de considerar a Venezuela una amenaza para los Estados Unidos".
Lamentó que el gobierno de EEUU no admita otra forma de relación entre las naciones "que no sea a partir de una supremacía que ya nuestro Libertador Simón Bolívar rechazó con firmeza hace casi 200 años".
En este orden, la canciller, en nombre de Venezuela, reiteró el rechazo al terrorismo y acciones de extrema violencia, así como a las guerras y remarcó que "la única vía para rescatar la paz y la seguridad internacionales es evitar las amenazas, la injerencia en asuntos ajenos, los bloqueos territoriales, económicos, o de información, y cualquier forma de intervención, que desafortunadamente solo han servido para generar el saldo lamentable de millones de seres humanos expatriados, agredidos en sus ilusiones, en su dignidad, y en su derecho a la paz y al desarrollo".
Rodríguez recomendó, respetuosamente, a Kerry atender los asuntos internos de EEUU para atender las demandas legítimas de su pueblo y no los intereses de grandes corporaciones.