María Isabel Rangel | [email protected]
El oficio de la prostitución se remonta a tiempos antiguos conocidos por la humanidad, en muchas ocasiones el factor común es la pobreza. Sin embargo para Luz (nombre artístico) no es el caso, ella eligió este oficio porque quería ganar mucho dinero.
Luz indicó que “lo hago porque quiero. Puedo irme cuando quiera. No lo hago porque sé que el dinero que obtengo aquí no lo obtendré en ningún otro lado”.
Por eso mismo, agregó que no lo ve como ambición, sino como “querer calidad de vida”. La joven de 25 años explicó que “no conseguía un trabajo que me gustara. Simplemente lo intenté y me va bien”.
Igualmente, Luz destacó que “no todos tienen la capacidad mental para dedicarse a esto”. Aportó que “no es una falta de respeto hacia ti (ella) misma, cuando eres tu quien desea hacerlo”.
Zoraida Ramírez, luchadora de los derechos de la mujer comentó que “se intenta sustituir el término ‘trabajadora sexual’ por el de ‘mujer prostituida’, pues consideramos que ella es sujeto de otro para estar en la prostitución, que se le impone el espacio, que se le convierte en objeto de explotación sexual, de esclava, que se le están violando sus derechos como persona”.
Ramírez expone que en la prostitución “existen posiciones mucho más complejas que señalarla como un problema sólo de pobreza, pues hacerlo es ignorar el repunte de esta actividad entre mujeres de clase media y alta”.
Riesgos
Star, mujer trans de 32 años contó el por qué decidió hacer esto. “Comencé en este trabajo porque quería pagar mi operación de cambio de sexo”. La mujer trans relató que “se viven pesadillas si eres prostituta de calle”. Star quiso destacar que “no entre por pobre, si no para conseguir el dinero”, luego agregó que “no me quejo porque sabía a donde me estaba metiendo”.
Ralph, un hombre de 28 años que entró a la prostitución desde muy joven. “Nací en la calle, comencé a prostituirme a los 14 años porque el burdel me ofrecía un cuarto”.
Por esa razón, el joven reflexionó que “continuo aquí por decisión propia, esa es la única manera de sentirse cómodo aquí”. Otro testimonio fue el de Carly de 25 años. “Quede huérfana a los 8 años, vivía en refugios porque ningún familiar quiso hacerse cargo, para mí no había oportunidades en ningún trabajo por eso a los 15 años comencé a vivir como dama de compañía”.
La mujer relató lo difícil que fue para ella tratar de alejarse de la prostitución. “En los trabajos que postulé nunca me contrataron, si tienes tu historial manchado por este oficio es difícil que la gente te respete”.
DATO
Un informe de la comisionada de los Derechos Humanos, Michelle Bachelet hace dos años expuso cómo las mujeres en Venezuela se entregan a la prostitución por los bajos sueldos que ganan
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