Roberto Romanelli | [email protected]
Los venezolanos están “muy mal” anímicamente porque enfrentan una situación económica y social “ muy dura” que ha afectado su estado emocional y modificado su comportamiento.
No obstante, pese a la tristeza que domina sus emociones y el estado de “anomia” que vive la sociedad su conjunto, no hay resignación, simplemente la gente está “muy agotada”.
Así lo señala la psicóloga clínico y social, Yorelis Acosta, quien recomienda proteger “los espacios de tranquilidad” familiares, practicar la solidaridad y mantener la calma, para lidiar con esta situación que no es una crisis sino “muchas crisis” juntas.
¿Como está la situación anímica del venezolano?
-El venezolano está muy mal, en 2015 comencé a hacer un estudio sobre las emociones del venezolano; había 8 opciones de respuesta porque son 8 las emociones básicas, y en este estudio aparece la tristeza como la emoción numero 1, seguida por el miedo, la rabia y la expectativa. La alegría aparece en en número 7. Desde 2015 hay un predominio de emociones negativas y la tristeza es la emoción número 1 y esto porque la realidad nuestra es demasiado contudente, tenemos muchas preocupaciones que nos han quitado la tranquilidad, y las personas tienen que saber eso, que tener salud mental es tener tranquilidad, es poder dormir bien, tener confianza en tus capacidades para enfrentar dia dia, para resolver y para vivir, con calidad de vida.
¿Cómo afecta eso?
-La crisis ha hecho que nosotros cambiemos nuestros comportamientos laborales, estamos pendiente de lo que está pasando en el país, te ausentas, ajustas tu horario a lo cotidiano, a la hora que te llegue el agua, te toque hacer mercado y este cambio de comportamiento ha conllevado un ajuste, pero no ha sido un ajuste fácill, no ha sido de entrega, sino que viene con mucho dolor, mucho malestar, con mucho sufrimiento de las cosas que hemos dejado de hacer, de comprar o comer por este nuevo esquema que nos impone la crisis.
¿El venezolano se ha resignado?
-Resignacion no hay, no ha sido una entrega fácil, ha sido una adaptación. Por supuesto hay personas, cuando uno explora la opinión y el estado de ánimo, que no creen en la democracia, no creen en las instituciones, en nuestros lideres, de lado y lado. La última consulta electoral entre comillas es un ejemplo de que no se movilizó, la maquinaria del partido fuerte tampoco tuvo el efecto que ellos esperaban y ha sido eso un proceso doloroso, pero cuando veo la conflictividad en el país, la gente que está en la calle, que reclama sus derechos, no puedo llegar a la conclusion de que están en resignación, todo lo contrario, ha habido una defensa de sus espacios, una defensa de sus derechos, ha habido un reclamo, se han ensayado muchas cosas pero es una historia muy larga y la gente está muy agotada.
Pero ya no se ven manifestaciones…
-Si hay manifestaciones, hay muchas, hay cientos, no son articuladas ni masivas es diferente pero tenemos atomización de protestas, si revísamos la página del Observatorio de Conflictividad, vemos como este año ha habido cientos de manifestaciones, pero no son de corte político a lo mejor, que es lo que uno espera. La gente está mas preocupada en resolver su dia a dia, su comida, su medicina, sus niños, que escuchar la convocatoria de cualquier líder político, a ir a hacer una cola, ejercer su derecho porque hay desconfianza en esa situacion. Y cuando tenemos un dia tan caótico y un país anómico, tienes que ordenar tu dia y poner jerarquías y lo mas importante para el venezolano es sobrevivir.
¿Hay una estrategia del gobierno dirigida a quebrar psicológicamente a los venezolanos?
-Tengo mi opinión perosnal, pero voy a irme por la hipotesis mas ingenua, digamos que el gobierno ha sido incompetente e insensible con la situación del venezolano. Solo ver el estado en que están los hospitales, las escuelas, la moral, los enfermos crónicos, la seguridad del país, con 30 planes que han desarollado, es para que el gobierno haga una revisión mayor y un mea culpa y decir que lo que hecho no ha tenido ningún efecto y la gente está sufriendo, se está muriendo, o se está yendo, hay gente que no ve salida a esta situación o la salida es Cúcuta, Maiquetia, o Curazao, donde vimos esa noticia de los balseros que me parece terrible, otro montón de gente yéndose por Brasil o quitándose la vida, y en el discurso del gobierno no hay intencionalidad.
¿Y en el discurso del gobierno, no hay intencionalidad?
-El solo hecho de que use dos estrategias: una es la amenaza, eso es violación de nuestros derechos humanos, el gobierno no tiene como estrategia de comunicacion entre ciudadanos porque usar la amenaza y se usa en discursos, en programas de televisión en cadena, no tiene porque desvalorizar a los otros líderes de la oposición, no tiene porque deshumanizar a los ciudadanos que no piensan como ellos.
Ejemplo tenemos muchos desde el difunto Presidente hasta la actualidad como instauraron una manera de relaciones discursivamente que es negativa, que ha hecho daño a los venezolanos e incluso ha segmentado a familias que tienen distintas posiciones políticas y que se refieren los unos a los otros como apátridras, escuálidos. Ese discurso político hay que erradicarlo y es dañino, eso tiene efectos psicosociales muy negativos y no lo han corregido, el gobierno más bien ha hecho énfasis en ese discurso de polarización que divide a la sociedad entre nosotros y ellos.
Por otro lado, la fuerza que tiene el gobierno para establecer leyes y controles también ha quedado en evidencia.
Y lo otro que también habría que señalar es que el gobierno no se rodeó de los mejores, se rodeó de los políticamente afines y no necesariamente han sido los más inteligentes en tomar las decisiones en los graves problemas que tiene el pais. Aquí las teorías y los libros se nos quedaron cortos para explicar lo que está sucediendo en Venezuela, tenemos que apoyarnos en lo que hay y adaptar, crear, proponer nuevos modelos para resolver lo que suce en el país.
¿Cómo lidiar con la crisis?
Para mi cada dia es mas dificil poder darle aliento a las personas, yo venia diciendo desde 2015 que teniamos que protegernos ante la crisis, la crisis produce daños psicológicos, vivir en sociedades violentas afecta a las personas, vivir crisis económica, la inflación, afecta la tranquilidad del bolsillo de la mente. Nosotro lo tenemos todo, si la tristeza fue la emoción número 1 en 2015 imagínate ahora en 2018 donde todo se ha agudizado. ¿Qué se le puede decir a la gente? sobretodo a los estratos más bajos, a los más desprotegidos, los más vulnerables que para para mi son niños y ancianos, sobretodo la gente mayor que tiene una pensión que alcanza para medio dia, medio cartón de huevos, que toma medicinas, que tiene menos espacio para salir y está en un mundo que exige competencias que muchos ancianos no tienen con el internet. Para ellos ha sido mucho mas difil comprender un proceso como estamos ahora. Se han quedado solos, se fueron los hijos, nietos, y los espacios son cada vez mas pequeños.
¿Qué podemos decir? Que protejan los espacios de tranquilidad, aunque sean pequeños, antes podíamos sentarnos en una plaza, encontrarnos allí con un amigo a conversar, hemos perdido espacios por la inseguridad, quedan pequeños espacios familiares, la gente se reúne y eso. Cuando pregunté sobre actividades que dan mas tranquilidad, bienestar, la gran mayoría dice que compartir con la familia, la familia es un espacio que hay que cultivar, disfrutar, abrazar, cuando abrazas, cambian las hormonas, se generan hormonas de placer, tranquilidad y bienestar.
¿Algún ejercicio que ayude?
-Monitorear nuestras emociones y poner un stop antes que vayas a colapsar y la emoción negativa se desborde y tu digas agarré una rabia muy grande, estoy frustado, soy infeliz, y eso te va a afectar la salud, te pdue dar un infarto, un ACV. Hay que saber hasta donde tengo fuerza, que sentirse mal o débil en una situación como ésta no es sinónimo de debilidad individual, es que tenemos un contexto muy duro que nuestras estrategias se agotaron, tenemos que aprender otras y en ese aprender saber quien me puede enseñar.
La solidaridad es importante y mantener la calma (…) no engancharnos en situaciones que nos pueden llevar a discusiones innecesarias, a peleas, cuidar la salud, adquirir buenos hábitos, yo me siento, agarro mi presupuesto y hago mi menú para la semana, planificar lo que vamos a comer te da tranquilidad y planificar otras cosas también.
Algunos ven la muerte como una salida
¿Mucha gente piensa en matarse?
Hay gente que puede pensar que la salida es la muerte, si tiene un diagnóstico de una enfermedad muy grave, es otra consecuencia que he observado y que vengo documentando sobre la crisis, hay personas que sienten que sus fuerzas son insuficientes para enfrentar el día a día o no quieren que sus familiares se vean en situación de mucho dolor y de tener que vender copas para tratar de salvar la vida de alguien.
¿Hay una situación de anomia?
Claro que sí. El Metro es un ejemplo de ausencia total de normas para usar el transporte público, gente que empuja, la vemos en el tráfico, en hacer el mercado, las colas, gente que busca colearse (…) si estamos enfermos socialmente, hay gente que está bien y se hace la enferma para saltarse la cola, (aduciendo) me voy a desmayar, soy de la tercera edad.
Unir agenda social y política
¿Qué sugerencia le daría a la oposición?
-Siempre hemos tenido dos agendas, política y social, esas agendas hay que articularlas, no es nada más ir al barrio y abrazar y tomarme la foto, o hacer política desde los medios, es realmente responder, hay una exigencia de la oposición a responder a solucionar y canalizar esta situación, acompañar al dolor de la gente, los que han perdido un hijo, un padre, una madre, la victima, tienes que acompañar y hacer un mea culpa moral porque la gente está pidiendo agenda compromiso y ética. Algunos critican al que se va.
Uno de los síntomas de nuestra patologia social es que todo lo estamos viendo desde la tragedia, cuando esa emoción es negativa todos nos parece horrible. Hay gente que habla en términos de blanco y negro, aquí nada funciona, la gente llora cuando alguien se va del del país y así el que se va tiene otra función social en este momento, está ayudando, también va a una situación difícil y está ayudando al que se queda a aguantar esta crisis que es muy dura.