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MARTES, 23 DE ABRIL DE 2024
Opinión

El Equilibrio de la vida

por Guillermo Tell Trocóniz Guillermo Tell Trocóniz
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El Equilibrio de la vida | Diario 2001
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Dar y recibir, es un equilibrio fundamental en la vida, primero cuando estamos en el vientre materno, tenemos ese intercambio con nuestra madre, ese flujo constante de energía y amor por el que estamos conectados.

Una vez al nacer, lo mantenemos, mamá al darnos el pecho y nosotros al succionar, hacemos que los procesos químicos de nuestros cuerpos se estimulen y hacen de ese momento algo mágico, pero, ya allí nos vamos acostumbrando a pedir, ya sabemos que al llorar recibiremos y así vamos creciendo, antes era todo desde lo interno, desde el mero amor, dar y recibir y recibir y dar.

Al crecer y en nuestra gran dependencia, solicitamos alimento, pedimos atención y hasta llegamos a suplicar amor, desde lo externo creamos un mundo a nuestra imagen e intereses, me amas cunando quiero y digo que me ames, así lo aprendí, el mundo gira en torno a mí, ya que ¡soy la princesa de la casa, yo soy un rey!

Y  con esa creencia, salgo a la vida pensando que lo que yo le pida a los demás, ellos como mi madre, estarán obligados a dármelo, y así nos vamos dando los primeros tortazos.

Me encuentro con otros que al igual que yo, piden sin obtener respuesta, pero es la que ellos llaman respuesta, ya que la vida les ofrece todos los días, momentos para sentir y disfrutar, para la plenitud. Sin embargo, eso no es lo que me nutre, quiero más y solo con pedirlo asumo que es suficiente.

Sé que somos creadores, sé que me basta solo con creer para crear, sé que aquello que desde mi corazón desee y que con fé y agradecimiento solicite, se me será dado. Ahora bien, también sé del equilibrio de la vida, de que cuando algo muere otro nace y ese espiral eterno y sin fin de las transformaciones y trascendencias, cuando al crecer me percato de mi responsabilidad en darme, en comenzar a entender que depende de mí y no de los otros lograr aquello que quiero,

Empiezo también a darme cuenta de la importancia de dar, y al dar, el recibir viene por añadidura; pero ¿dar desde dónde? Dar desde la expectativa del recibir usualmente va a generar decepción y  frustración, si te doy esperando que con ello tú estás obligado en darme, no estoy realmente dando, estoy manipulando un recibir a mi conveniencia, y eso obviamente no es dar.

Cuando doy sin interés, cuando lo hago desde el amor, el equilibrio se nutre y es el amor el que fluye, es bueno insisto tener claro que mereces recibir, aquel que solo da también está fuera del equilibrio. Está en el sacrificio y eso desequilibra, al recibir agradece, al igual que al dar, desde el amor, y así el ciclo se repetirá una y otra y otra vez, tantas, tantas como tu actual existencia requiera para evolucionar.

Dar y recibir es igual al desapego y el desapego te da libertad, no sentirte atado a nada y a nadie te permite ser, y el encontrarte con tu ser te acerca a la felicidad, a ese estado de plenitud en el cual sientes que estas en el camino que viniste a andar y eso te da paz, la paz de la vida en armonía y eso es todo.

y ¿qué es todo? Todo es Dios, ese encuentro con el diseñador original, con el creador, con la conciencia absoluta, con el flujo eterno del dar y recibir, con la unicidad.

Empieza por darte cuenta desde dónde das y recibes, ¿cómo te sientes al dar y cómo al recibir? Y que pasa a tu alrededor cuando estás en el proceso desde el despago, porque el que aprende a recibir, también lo hace desde el desapego, el desapego del ego, del orgullo.

 Ya lo sabes, ahora da el primer paso, se consciente, pero sobre todo, se agradecido, ofrece lo mejor de ti a los demás, al mundo a la vida, y el mundo y la vida de manera automática te darán a ti, lo mejor de ellos.

@gatotell   

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