Como un predicador ante una legión de creyentes, el cantante Ricardo Montaner pidió levantar la mano derecha y orar por las personas que se abstienen en las elecciones y por las que votan por la continuidad de la revolución bolivariana en Venezuela.
"Padre, dale discernimiento a estas personas, que pongas en su corazón lo que está bien hecho para nuestro país. Bendigo a todo el que no piensa como yo", dijo después de cantar una de sus famosas piezas en un mitin con el candidato opositor Henrique Capriles Radonski.
Ocurrió en las horas finales de la campaña para las elecciones del domingo, en un masivo acto en el que pidió votar por Capriles. El líder opositor enfrentará al presidente interino Nicolás Maduro por el cargo que quedó vacante tras la muerte del mandatario Hugo Chávez.
En la concentración de miles de simpatizantes en la capital del estado de Zulia, Montaner hizo el papel de predicador, convencido de que el pueblo venezolano es "creyente de verdad".
"En mis conciertos entrego mi protagonismo al verdadero poder, a dios nuestro señor. En este caso, quiero pedir a Jesús que bendiga este domingo a todos aquellos, a todos los venezolanos que cuando vayan a votar, cuando estén frente a esa cajita privada, que van a estar solos consigo mismos y con dios como testigo, quiero que pidan por esas personas que no piensan parecido a nosotros", señaló.
La "elevación" mostrada por el intérprete de "Cima del cielo" fue apenas una manifestación más del ambiente "real maravilloso" que envolvió la corta campaña proselitista para las elecciones.
En sus entrevistas de televisión, Capriles procuró tener la imagen de la virgen María en un lugar visible y en sus presentaciones llevaba cuentas trenzadas para rezar el rosario.
Maduro no se quedó atrás y en varios de sus mítines leyó una oración e insistió en afirmar que Chávez hizo "milagros".
Tras la muerte de Chávez, la pugna electoral por sustituirlo osciló entre insultos terrenales de los principales candidatos y aproximaciones religiosas marcadas por la espiritualidad y la superstición. Por momentos, los discursos místicos eclipsaron los problemas económicos del país.
De pronto, en el terreno electoral aparecieron alusiones a milagros, reencarnaciones y eventuales maldiciones para vender las ofertas a un pueblo que adora por igual las imágenes católicas y a los "santos" populares.
Pero la imagen de Chávez sigue teniendo un carácter terrenal. Se esparció en afiches y piezas de la televisión oficial desde el 5 de marzo, fecha de su muerte, siempre al lado de Maduro, su favorito para conducir la sucesión.
"Esta es una lucha espiritual", responde Capriles, quien buscará por segunda vez en seis meses ganar la Presidencia.
Maduro, un simpatizante del gurú espiritual indio Sai Baba, provocó un revuelo en la campaña electoral de 10 días al afirmar que Chávez reencarnó en un pájaro "chiquitico" con el que se comunicó mediante silbidos y en sus mítines de campaña leyó a sus partidarios una oración para el reencuentro.
Para el funeral de Estado el gobierno publicó unos volantes en los que se calificaba a Chávez de "Cristo de los pobres" y un grupo de simpatizantes construyó una capilla cerca del museo donde reposan sus restos, en un barrio vecino a la casa de gobierno, para rezarle.
Asimismo, Maduro afirmó que el "comandante" hizo milagros, alegando que las misiones para atender la salud, la educación y la alimentación de los pobres equivalen a obras místicas.
Han sido tan potentes las campañas oficiales para proyectar el aura religiosa de Chávez que el cardenal Jorge Urosa intervino y advirtió que Cristo no se puede ser comparado con ningún ser humano.
"Jesucristo es dios, es inigualable e irrepetible. No podemos rebajar a Jesucristo, tampoco igualarlo con una persona, un ser humano", recalcó.
Maduro exacerbó el debate del misticismo religioso en medio de la campaña. Advirtió que si los venezolanos no votan por él en las elecciones se exponen a una maldición. "Si alguien del pueblo vota contra Nicolás Maduro, está votando contra él mismo. Le está cayendo la maldición de Maracapana", afirmó.
El presidente interino se refería así a una batalla a mediados del siglo XVI, cuando grupos indígenas fueron derrotados por los españoles.
"Hay superstición. La gente es muy religiosa y cree en maldiciones. Puede influir en los estén dudosos con su voto", sostuvo la periodista Lizbety González Giral, conductora del programa televisivo "Creencias Siglo XXI".
Maduro comenzó su campaña electoral el 2 de abril en la localidad de Sabaneta, en la región natal de Chávez de Barinas. Entre miembros del gobierno dijo que el mandatario se le apareció en forma de "pajarito" que silbó, él respondió silbándole y lo interpretó como un mensaje del más allá.
El presidente interino basó su oferta electoral en continuar el camino "socialista" de Chávez, aplicar el programa de gobierno del fallecido mandatario y recorrer el país al frente de un autobús para atender los problemas de los venezolanos.
Capriles, quien se declara católico prácticamente pese a sus raíces judías, dice ser "mariano", adorador de la virgen María, que en Venezuela adquiere diversas formas según la región.
En su campaña insistió en que se trata de una "lucha espiritual a favor de un solo pueblo que somos todos. Así son las luchas espirituales, al mal tenemos que derrotarlo con el bien y aquí está el bien para derrotar al mal".
"Decreto que lo que viene para Venezuela son bendiciones, luz para el pueblo", fue su frase favorita para despedir sus mítines electorales./DPA