Stefany Izquiel | [email protected]
En la mañana del lunes, dos hombres identificados como Orangel Juvenal Aular Aguilar, de 28 años de edad, y Wladimir Emiliano Lara Herrera, también de 28 años, fueron ultimados por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en el sector La Dolorita de Petare.
Los familiares de Organgel relataron que él estaba durmiendo cuando una comisión del Cicpc llegó al sitio e ingresó al recinto luego de forzar la puerta, sin una orden de allanamiento. Los efectivos agredieron al hombre y le propinaron un impacto de bala.
Los uniformados subieron al herido a una patrulla policial y se dirigieron a otra vivienda de la zona, donde habitaba Wladimir Lara. Luego de entrar arbitrariamente, según los dolientes, persiguieron a Lara por las calles de la comunidad. “Él intentó esconderse en una zona montañosa”, relató una familiar del hombre.
Wladimir recibió 6 disparos de arma de fuego por parte de los oficiales, quienes lo trasladaron en la misma unidad policial en la que subieron a Orangel. Se dirigieron al hospital Domingo Luciani, ubicado en la urbanización El Llanito. Ambos murieron en el centro de salud.
Orangel se desempeñaba como obrero de construcción independiente, según sus allegados.
Historial. Wladimir Lara estaba acusado de haber participado en un homicidio. El suceso ocurrió tras una pelea, cuando Lara asesinó al hombre con quien discutía. “Por eso le dieron tantos tiros, porque había matado a un muchacho”, dijo una allegada. Lara tenía una hija de 6 años de edad, con quien vivía en el sector.
Versión policial. Los agentes del Cicpc afirmaron que los sujetos se enfrentaron a la comisión cuando llegó al sitio. Sin embargo, habitantes de la comunidad dijeron que los oficiales efectuaron múltiples disparos al aire, con la finalidad de simular un enfrentamiento y así justificar las muertes.
Vecinos de la zona señalaron que los efectivos ingresaron a las viviendas de los hombres y se robaron artefactos electrodomésticos, comida, joyas, dinero en efectivo y, además, hicieron destrozos dentro de las casas, mientras simulaban los enfrentamientos.
“Eso va a seguir pasando hasta que no hagan algo contra los policías. Ellos son como malandros, pero uniformados y eso es peor, porque creen que pueden hacer lo que quieran”, dijo una allegada a Orangel, quien señaló que en esa zona son frecuentes los “asaltos policiales”.
2017-11-02