AP
Dos miembros de una pandilla fueron arrestados en relación con la muerte de una niña de 9 años de la ciudad de Anaheim que fue alcanzada por una bala perdida mientras jugaba afuera de su apartamento, informó la policía.
Ricardo Cruz, de 19 años y residente de Buena Park, y Alfredo Miguel Aquino, de 20 años y de Anaheim, fueron detenidos la tarde del viernes y registrados como sospechosos de la muerte de Ximena Meza.
El jefe de policía Raúl Quezada dijo que los detectives que resolvieron el caso fueron impulsados por la congoja y búsqueda de justicia para la pequeña niña. Quezada dijo a los padres de la menor que "no existen palabras o acciones que puedan llenar el vacío en sus corazones".
Meza estaba jugando con sus hermanas y otros niños afuera del apartamento el miércoles por la tarde cuando un automóvil blanco se detuvo cerca de ellos, un hombre descendió del auto y disparó hacia un grupo de personas que se hallaban cerca.
El barrio es una zona plagada de pandillas en Anaheim, una ciudad famosa por ser sede de Disneyland, pero que también tiene su cuota de problemas urbanos.
Meza recibió un disparo en el pecho y falleció más tarde. Los hombres que eran el blanco corrieron y el atacante y su conductor huyeron en el vehículo. No hubo más víctimas de los disparos.
En el momento del crimen, Cruz se hallaba bajo libertad condicional por un delito relacionado con armas y Aquino estaba en periodo de libertad vigilada, dijo el teniente de la policía Robert Dunn, quien no tenía información sobre los antecedentes delictivos de Aquino.
Ambos hombres están registrados como pandilleros, aunque la policía se negó a proporcionar el nombre de la pandilla a la que pertenecen.
Los dos sospechosos se encuentran detenidos, pero se les ha fijado una fianza de un millón de dólares. Se desconoce si alguno de los dos cuenta con abogado defensor.
Los hombres fueron arrestados después de que la policía recibió pistas e interrogó a testigos.
Dunn señaló que era demasiado pronto como para determinar si alguien recibiría la recompensa de 50.000 dólares que había sido ofrecida a cambio de información que llevara al arresto y condena de los culpables de la muerte de Meza.
Las autoridades dijeron estar confiadas en que arrestaron a los "participantes activos" en el crimen, pero que seguirían investigando. Dunn se negó a decir si eso significaba que el agresor y el conductor estaban en prisión.