Johan Azuaje
De acuerdo con el último informe anual del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), más de 16.500 personas murieron de forma violenta en Venezuela durante el año 2019. Pese a lo elevado de la cifra, esta supone un descenso de más de un 28% con respecto al año 2018, cuando la estimación del OVV fue de más de 23.000 muertes.
El abogado y penalista German Montero explica que la crisis venezolana es un factor importante para entender la disminución de la delincuencia en el país. “Los malhechores ya no encuentran qué robarle a las personas, muchas ya no tienen grandes riquezas como un buen reloj, un buen teléfono, una joya de oro o un artefacto de gran valor, por ende todos los peones bajos de la delincuencia han optado por otras actividades ilícitas”, expresó el penalista.
César Barrios, conductor de la línea de buses Los Jabillos, aseguró que “los delincuentes casi ni roban, y es sencillo: antes robaban una cartera y encontraban efectivo, incluso nosotros los camioneteros éramos azotados a cada rato por este motivo, pero como no hay efectivo en ningún lugar ya no roban, se nota que ya no hay malandros”.
Esto podría deberse al éxodo migratorio que desde hace aproximadamente cuatro años ha llevado a más de cinco millones y medio de venezolanos -según cifras de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR)- a huir de la crisis.
Han sido millones las personas que van a otros países con una idea diferente al resto, en su mayoría van a trabajar, a estudiar, a progresar, a buscar un mejor futuro; pero también existe una minoría importante, que ha salido a cometer delitos en otros países. Esto se ha evidenciado en la captura de venezolanos en Perú, Brasil, en Colombia y en otros países latinoamericanos donde los criollos han conformado incluso bandas delictivas.
El criminólogo venezolano Luis Izquel explica que en medio de la diáspora, los factores como falta de efectivo y el fuerte declive del poder adquisitivo que tienen los ciudadanos no son atractivo para los delincuentes. El especialista afirma que actualmente Venezuela presenta un período de seguridad en las ciudades, extrañamente, a pesar de la crisis que vive el país.
“No es que vemos menos delincuencia por la cuarentena, esto ya tiene tiempo sucediendo, pero existen otras actividades que proliferan en el país de las cuales no se habla” afirmó el criminólogo.
Otras personas desafortunadamente siguen siendo víctimas de esa pequeña minoría que continúa cometiendo delitos en el país a pesar de las medidas implementadas por la cuarentena ante el Coronavirus. Es el caso de la señora Carolina Quintero, quien al comprar queso y verduras en San José de Cotiza fue víctima de asalto el pasado jueves 28, por dos sujetos en moto que la despojaron de sus pertenencias a plena luz del día.
Fuentes cercanas a la Policía Nacional Bolivariana indican que actualmente son muy pocos los casos por robo a mano armada, y en plena cuarentena con una extrañeza. Los más notorios son venta de drogas o porte de arma ilícita. Esto se puede deber a que los delincuentes también han emigrado a los países del Sur.
El despliegue de los cuerpos de seguridad del Estado, las alcabalas en los distribuidores que desembocan a las principales autopistas de la ciudad, los contingentes de rutina del ejército por cada calle y avenida como medida de prevención por la cuarentena, puede que haya mermado un poco la delincuencia. El penalista Montero afirma que “puede que sí, pero la razón principal, para mí, va mucho más allá de la imposición legal del confinamiento”.
Toda la crisis de coyuntura que afecta a toda la población venezolana ha llegado permear al hampa común, pues muchos de ellos no tienen ni para pagar los repuestos de las motos. Esto también ha traído como consecuencia el descenso drástico de los “motochoros”.
El Antropólogo y Sociólogo de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Rubén Peña, afirma que no es la pandemia la que ha detenido el incremento de los robos. “Una persona roba por necesidad, y los delincuentes son personas rebeldes, sin reglas, que no respetan ningún tipo de contexto, esto da como resultado que si todos los delincuentes que se han ido del país regresarán justamente en esta cuarentena, aprovecharían de la soledad de las calles para tramar sus fechorías”.
Todavía existe delincuencia en el país, ya las actividades ilegales se han convertido en negocio de quienes ya no roban camionetas, ni pertenencias: los hábitos han cambiado pues el mayor número de acción delictiva se enfoca en el secuestro express y el tráfico de armas.
Peña afirma que “probablemente sea algo coyuntural, porque las causas estructurales de la delincuencia en Venezuela se mantienen, como el hambre o la falta de control del Estado sobre las armas que circulan por las calles. Lo que más queda son delincuentes que frecuentan Las Mercedes y los sitios más caros de la ciudad y escoltas de los más pesados del narcotráfico en Venezuela”.
2020-04-02
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