Dos jóvenes denuncian a través de Twitter al escritor venezolano Willy Mckey por acoso y abuso sexual.
Una de las víctimas está identificada como María Añez, quien relató su experiencia con Mackey Ocurrida en Maracaibo en el año 2014.
La periodista relató que tuvo la oportunidad de entrevistar al escritor en dos oportunidades “mientras trabajaba para la revista Tendencia en Maracaibo en 2013 y 2014”.
En este ultimó año “ambos fuimos invitados a un recorrido en el Jardín Botánico de Maracaibo”. Allí el escritor comenzó a enviarle mensajes en el que plasmaba que deseaba ir en el mismo carro con ella y que verla era lo mejor del viaje.
Añez ignoró los mensajes, sim embargo, ese mismo día al caer la noche y estar sentada en una banca percibió los rayos de un Flash. Cuando volteó Mckey le tomaba fotos “que me envió enseguida junto con fotos que me estuvo tomando durante todo el recorrido sin que me diera cuenta”, apuntó.
El escritor continuó con el envío de mensajes hasta que le pidió permiso a la comunicadora social para preguntarle algo. Y le comentó que estaba interesado en que ella escribiera para el portal informativo Pro Davinci. Específicamente en la redacción de artículos de investigación y que luego podría moverse hacia sus áreas de interés.
Esta oferta de trabajo tenía una condición y era que la periodista le pasara fotos suyas, pero la mujer ignoró el mensaje. Al no obtener una respuesta Mckey le informó que se vio en la obligación de “robarse fotos de mi Instagram y de mi perfil”, expresó Añez.
Otro Caso
Otro caso fue el de una muchacha, identificada como Pía, quien indicó que conoció al escritor en el microteatro de 2015, cuando tenía 15 años.
Mckey le envió mensajes por el directo de Twitter expresándole que estab interesado en que ella realizara la estampita de un proyecto, le dejó su número de teléfono y la dirección de la oficina de Pro Davinci. La dama expresó que había “algo extraño en ese mensaje que decido ignorar porque no debería pensar mal acerca de un hombre tan educado y tan culto”.
“Yo estaba histérica de la emoción, pensé que había encontrado un mentor, una especie de figura paterna en la que podría confiar mis ambiciones literarias y en cambio recibiría alguna guía”, prosiguío Pía en su relato.
Días más tarde el escrito la sigue por Instagram. En su cuenta ella colgaba autorretratos sin ropa y muchos los censuraba. “Él empezó a hablarme de ellos, de lo interesantes que eran y de cómo se asemejaba mi visión a la de Gala Garrido. Estaba halagadísima”, apuntó.
Un día la Pía decidió ir a la oficina de mackey, ubicada en La Castellana, para que le entregara la presunta estampita, pero lo que recibió fue un beso del hombre. Un mes después la invitó a su apartamento, situado en Los Cortijos al que fue dos veces.
“Me practicó sexo oral, me masturbó con sus manos y frotó sus genitales contra los míos incontables veces. Era la primera vez en mi vida que estaba desnuda frente a un hombre. Nunca un pene había rozado mi vulva. Había recién cumplido los 16. Él cumplía 36 la siguiente semana”, indicó.
Añadió además que “durante el acto me tendí en la cama, inmóvil y con los ojos cerrados. Yo me sentía en una consulta médica durante esos encuentros: desnuda, desconcertada y esperando que terminara rápido. Nunca lo dije: pero estaba incomodísima. Todo se sentía incorrecto”.
Finalmente, la muchacha declaró que a raíz de este episodio y otros con hombres mayores desarrolló vaginismo y tuvo problemas para tener relaciones sexuales.
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