María Gabriela Estraño
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Walter Esneider Peña Gómez, de 24 años, caminaba de regreso a su casa por la calle Sucre, de Brisas de Propatria, cuando dos hombres que salieron de un callejón cercano, le dispararon en la cara con una escopeta.
Peña Gómez y su esposa estaban en una fiesta en la zona y decidieron ir hasta su casa para dejar a sus hijos de cuatro y ocho años. Luego de acostarlos quisieron volver a la reunión; en el camino se encontraron con los delincuentes que, sin mediar palabras, dispararon a mansalva en contra del joven.
Su esposa trató de auxiliarlo, pero murió en el sitio.
Según relata la señora Betty Gómez, madre de Walter, su hijo no tenía problemas con nadie; durante toda su vida vivió en el sector, por eso se confió en salir caminando hacia la casa donde se celebraba la reunión. “Me mataron a mi hijo sin ninguna razón, ni siquiera lo robaron, no le pidieron nada; él era un muchacho trabajador, padre de dos niñas. ¡Dios, nadie va reponerme esta perdida!”.
Cleiry Gómez, tía de la víctima, asegura que no habían razones para quitarle la vida a su sobrino. “En este país estamos a la buena de Dios; aquí nos están matando y este Gobierno no hace nada, en el barrio manda el hambre y el hampa; si no hago cola no comemos y si hago cola no trabajo; peor aún, nos están matando a nuestros hijos, esto no es vida. Maduro, ponte los pantalones y ayuda a los venezolanos”.
Peña trabajaba lijando madera en una empresa familiar que elabora juegos de dormitorio. Corresponde al Cicpc profundizar las investigaciones del caso.
El fin de semana cerró con 37 muertes violentas. En junio han muerto 68 personas, en-tre las que se cuentan ocho menores de edad, dos mujeres y cuatro policías.
2015-06-09