2001.com.ve | Zulay Camacaro
El cadáver de Neomar Antonio Galindo Aponte, uno de los evadidos de los calabozos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de la subdelegación de El Paraíso, tiene una semana de haber sido ingresado en la morgue de Bello Monte, sin embargo, los familiares desconocen por completo las circunstancias en las que el hombre de 29 años de edad vivió los últimos días de su vida.
Ingrid Aponte, madre del fallecido, estaba en Colombia cuando se produjo la evasión de 29 privados de libertad, entre los que se encontraba su hijo. Señaló que Neomar Aponte llevaba dos años preso en el recinto por el delito de homicidio y “un día después de que se registrara la fuga, lo llevarían al tribunal para que le dictaran sentencia”. La familia desconoce lo ocurrido con Galindo Aponte. La última vez que pudieron verlo fue el sábado 7 de septiembre, cuando una hermana fue a llevarle comida.
La siguiente vez que tuvieron noticias del fallecido, fue a través de un amigo de la víctima con quien compartió celda, el cual les informó a los parientes que Galindo Aponte estaba muerto.
El pasado 11 de septiembre se evadieron 30 detenidos de los calabozos del Cicpc, cinco de los cuales fueron recapturados por funcionarios de ese cuerpo detectivesco. Extraoficialmente se conoció que el resto de los evadidos permanecen “enconchados” en la Cota 905.
Maltrato carcelario
Una requisa sorpresa realizada el domingo en la madruga, en el Centro Penitenciario Fénix, del estado Lara, dejó en evidencia los supuestos maltratos a los que son sometidos los reclusos de ese recinto policial. Según los parientes, funcionarios del Grupo de Respuesta Inmediata requisaron el lugar y encontraron facsímiles de madera, además de objetos prohibidos y comenzaron a golpearlos.
Se conoció que al menos 30 privados de libertad quedaron con la piel marcada, producto de la golpiza que recibieron por parte de los funcionarios.
Los familiares aseguraron que temen que “esta sea una provocación para que se genere un motín en el centro penitenciario y resulten muertos un número importante de reclusos”.
Exigieron que la Fiscalía 13 en competencia en derechos humanos se aboque a la situación y extendieron el llamado hasta la Defensoría del Pueblo, para que vele por los derechos de los detenidos.
En el módulo de mujeres, las reclusas también presentan signos de maltratos. Según parientes, el penal pasó más de tres semanas sin agua, por los que los detenidos dependían directamente de los envases con el recurso que les llevaban sus familiares.“La comida es escasa y a veces hasta inexistente”, dijo la madre de un detenido, quien señaló que la comida en esa prisión se reduce a un plato de agua de pasta.
Una de las principales causas de muerte de los internos de ese centro penitenciario fue la obstrucción intestinal, asociada con la mala alimentación y dieta pobre en fibra.
Familiares indicaron que el Ministerio de Servicios Penitenciarios no garantiza las comidas en la cárcel y los ha sometido al hambre y la desatención.
Fuentes revelaron que en los últimos dos meses la situación alimentaria de los reos ha empeorado, debido a la escasez y la supuesta desviación de los alimentos fuera del recinto carcelario. Esta situación se repite en el país.
2019-09-18
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