Un total de 110 personas fueron multadas por arrojar basuras en las calles del centro de Río de Janeiro este martes, cuando entró en vigor una ley destinada a combatir a quienes ensucian esta ciudad brasileña y a reducir el costo de la limpieza municipal, informaron hoy fuentes oficiales.
Las multas, por valores de entre 157 y 3.000 reales (entre 65 y 1.250 dólares) según el tamaño de la basura y el impacto ambiental, fueron impuestas por 192 empleados públicos divididos en 58 equipos.
Los equipos, cada uno integrado por un policía, un guardia civil y un empleado de la compañía municipal de limpieza, recorrieron las principales calles del centro de la ciudad, en donde se limitará inicialmente la aplicación de la ley, para identificar a las personas que arrojan basura a la calle.
Ninguna de las personas sorprendidas violando la nueva ley se negó a entregar su identidad ni a informar su dirección a los fiscales para que pudiesen registrar la multa y enviarla por correo, informó la alcaldía en el boletín en el que hizo el balance del primer día de aplicación de la medida hasta las 17.00 hora local (20.00 GMT).
La mayoría de los sancionados por la ley de tolerancia cero con la basura fue sorprendida arrojando colillas de cigarrillos y alegó en su disculpa que la ciudad no tiene un número adecuado de basureros públicos.
Los multados elogiaron la iniciativa pero pidieron más tiempo de divulgación de la ley pese a que la alcaldía inició hace más de un mes una campaña para advertir a la población sobre las sanciones en caso de ensuciar la ciudad.
La ley entrará en vigor en septiembre en los turísticos barrios de Ipanema, Leblón y Lagoa, y un mes después en el famoso Copacabana.
Una de las principales quejas de los turistas que visitan la ciudad son las basuras acumuladas en las calles, según encuestas realizadas periódicamente.
Ese fue el resultado también de la encuesta realizada entre los jóvenes de todo el mundo que participaron el mes pasado en la Jornada Mundial de la Juventud, que llegó a reunir a 3 millones de personas en la playa de Copabacana para una misa celebrada por el papa Francisco.
La compañía de limpieza pública Comlurb alega que los barrenderos municipales recogen un promedio de 1,3 toneladas de basura diariamente tan sólo en las avenidas Río Branco y Presidente Vargas, las principales del centro de la ciudad.
La empresa asegura que la basura arrojada es tanta que los barrenderos tienen que pasar cuatro veces al día por cada una de esas calles.
Según la Comlurb, además de educar a los cariocas, la ley reducirá los costos de limpieza de la ciudad, que suman cerca de 90 millones de reales (unos 37,5 millones de dólares) mensuales.
"Queremos transformar el comportamiento de la población. Hay ciudades limpísimas, como Tokio, en que casi no se ven basureros públicos. Si las personas guardan su basura y la llevan a casa podremos dejar las calles más limpias y optimizar el proceso de limpieza de la ciudad", asegura el presidente de la Comlurb, Vinicius Roriz. /EFE