El número de muertos por el accidente hoy de un autobús en una carretera del altiplano guatemalteco subió a 43, de acuerdo con informes oficiales.
Las víctimas eran indígenas que viajaban a su trabajo o al mercado desde San Martín Jilotepéque a la cabecera departamental de Chimaltenango. También había niños. Entre los muertos hay al menos cuatro menores, incluyendo un recién nacido, así como unas diez mujeres.
El suceso sorprendió a las autoridades del Ejecutivo en una Junta de Gabinete. El ministro de Salud, Jorge Villavicencio, coordinó por teléfono las acciones en los hospitales más cercanos y declaró a periodistas que los nosocomios contaban con los insumos y equipo necesarios.
No obstante, al menos ocho de los heridos fallecieron en los hospitales, generalmente en condiciones precarias por la falta de presupuesto.
Los bomberos trasladaron a los heridos a hospitales nacionales de la ciudad de Antigua Guatemala, Chimaltenango y la capital.
Dos de los heridos que presentaban trauma craneoncefálico debieron ser trasladados por los socorristas al hospital Roosvelt de la capital para su inmediata intervención quirúrgica, dijo Villavicencio.
El ministro guatemalteco de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi, no descartó que la tragedia haya ocurrido por la sobrecarga del autobús -algo muy común en el medio- y el exceso de velocidad.
Cecilio Chacaj, de los bomberos municipales de Chimaltenango, informó a la cadena radial Emisoras Unidas que en el autobús viajaban unos 85 pasajeros.
El autobús cayó a un barranco de más de 100 metros de profundidad.
Las autoridades del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) instalaron una morgue provisional en el área para identificar a las víctimas y entregar los cuerpos a sus familiares. /DPA