Para disfrutar plenamente de la etapa alrededor de los 65 años, expertos aseguran que no se trata solo de cumplir años, sino de verlo como una nueva fase llena de posibilidades, aprendizaje y bienestar. A menudo se vincula esta edad con retirada o limitaciones autoimpuestas, pero lo cierto es que puede convertirse en un momento de redescubrimiento si se adoptan ciertos cambios de perspectiva y estilo de vida.
Enfatizan la idea de que la experiencia acumulada no debe limitar, sino empoderar: creer que “ya es tarde” para aprender o para emprender nuevas ideas es un obstáculo que impide seguir desarrollándose. Reconocer que el paso del tiempo ofrece sabiduría y que la vida sigue siendo una oportunidad es el primer gran cambio.
También se apunta la importancia de soltar la nostalgia permanente, aceptar los cambios que trae la edad y seguir conectados con el cuerpo: alimentarse bien, mantenerse activos, cuidar la salud física son ideas que cobran mayor peso a medida que pasan los años.
Hay que mantener aficiones como leer, pintar, escribir, escuchar música, etc., para nutrir la mente, así como cultivar la gratitud: agradecer lo que se tiene, enfocarse en el presente y dejar de vivir continuamente pendiente de lo que no se hizo o de lo que se perdió. Estas actitudes contribuyen a una salud emocional más sólida.
Hábitos a eliminar
A continuación te presentamos la gía de hábitos concretos que conviene dejar atrás para alcanzar una vida más plena a los 65 años:
- Pensar que existe una edad para dejar de aprender, emprender o cambiar: creer que “ya es tarde” limita la iniciativa.
- Renunciar a aquello que nos hace felices o postergar pasiones y talentos: dejar de lado lo que motiva drena el bienestar.
- Permanecer anclado al pasado con nostalgia excesiva: revivir o lamentar lo que fue puede impedir avanzar.
- Descuidar el cuerpo: no cuidar la alimentación, no moverse, no prestar atención al estado físico; cuando en realidad la salud corporal se vuelve cada vez más relevante.
- Abandonar las aficiones o la curiosidad: dejar de realizar actividades que nutren la mente resta motivación y vitalidad.
- Dejar de practicar la gratitud o no estar presente: centrarse en lo que falta o en lo que ya pasó en lugar de valorar lo que se tiene y el momento presente.
- Vivir con el foco puesto en lo que no se hizo o en lo perdido: preocuparse por oportunidades que ya pasaron impide disfrutar de lo que ahora se tiene.
Visita nuestra sección Variedades
Mantente informado en nuestros canales
