La actividad recreativa en los niños es fundamental para su desarrollo integral, ya que contribuye tanto a su bienestar físico como emocional. A través del juego, el deporte y las dinámicas al aire libre, los pequeños fortalecen su cuerpo, mejoran la coordinación motriz y previenen problemas de salud como el sedentarismo o la obesidad. Además, estas experiencias fomentan la creatividad, la imaginación y la capacidad de resolver problemas de manera divertida y espontánea.
Las actividades recreativas permiten a los niños interactuar con sus pares, aprender a compartir, trabajar en equipo y desarrollar habilidades de comunicación que serán esenciales a lo largo de su vida. También constituyen un espacio seguro para expresar emociones, reducir el estrés y aumentar la autoestima. Pero, como todo, hay un lado negativo que tienes que tener presente durante el juego de tus hijos en el trampolín, y te lo explicamos a continuación.
Peligro en los parques
Los trampolines pueden ser divertidos, pero también conllevan riesgos importantes para los niños, especialmente los más pequeños. Según el Dr. Dominick Tuason, cirujano pediátrico ortopédico de Yale.
Tuason asegura que cuando un niño salta, las fuerzas que actúan sobre su cuerpo pueden causar lesiones graves debido a que sus huesos y músculos todavía se están desarrollando.
Por ejemplo, los niños podrían sufrir fracturas, lesiones en la columna cervical o incluso traumatismos craneales si se caen o realizan maniobras peligrosas sin supervisión.
Recomendaciones del Dr. Tuason para una diversión segura
1. Edad mínima: los niños menores de 6 años no deben usarlos. Además, los menores de 12 años siempre deben estar bajo la supervisión de un adulto responsable.
2. Reglas claras y supervisión: explicar bien a los niños cómo usar el trampolín y detenerlos si hacen algo inseguro. Es importante evitar movimientos de alto riesgo como volteretas o trucos, a menos que haya profesionales y un entorno controlado.
3. Entorno seguro: colocar el trampolín en una superficie nivelada, lejos de obstáculos, y revisarlo con regularidad para asegurarse de que no haya partes rotas o sueltas.
Si ocurre un accidente, el Dr. apunta que se debe buscar ayuda médica si el niño no puede apoyar una pierna, presenta hinchazón fuerte, dolor o movimiento limitado en un brazo, o si se golpea la cabeza o el cuello, especialmente si tiene entumecimiento, hormigueo o debilidad.
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