¿Te ha pasado que encuentras una fruta o verdura con manchas blancas y partes blandas, y te preguntas si con cortar un pedazo basta? Es una duda común. Sin embargo, la distinción entre un alimento podrido por bacterias y uno que tiene moho (hongo) es crucial para tu salud.
Hoy sabrás no sólo que no es lo mismo, sino también que el riesgo es radicalmente diferente, de acuerdo a las autoridades en seguridad alimentaria como el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
Alimentos pasados o podridos: un problema de calidad
Cuando un alimento está pasado, fermentado o deteriorado (sin moho visible), el proceso suele estar impulsado por bacterias.
En este estado, el alimento:
- Presenta un sabor agrio, viscosidad o una textura muy blanda (como en la leche, carnes o verduras cocidas).
- Su deterioro se debe a la oxidación y a la descomposición celular o bacteriana natural.
- Puede oler fuertemente a vinagre, ácido o putrefacción.
El riesgo principal es el malestar gastrointestinal (vómitos, diarrea).
El peligro oculto del moho: micotoxinas
Cuando ves ese "pelillo", puntos de color o capa difusa, estás ante un problema impulsado por hongos. Estos organismos producen micotoxinas, que son sustancias venenosas y el verdadero riesgo de salud.
El indicio más importante es el aspecto superficial y la textura, ya que el moho casi siempre crea una capa visible:
- Color: verde, blanco, gris, azul, o negro, asentado sobre la superficie del alimento.
- Textura: peluda, aterciopelada, algodonosa o con pequeños puntos que sobresalen.
Recuerda, el moho nunca es superficial. El hongo tiene filamentos invisibles (hifas) que penetran profundamente. Por ello, la regla de seguridad alimentaria sobre si cortar y comer el resto depende de la humedad y la densidad del alimento:
- Desechar siempre. La micotoxina se dispersa fácilmente a través de la humedad y la estructura porosa. Esto aplica para lácteos blandos (como el yogur o quesos); frutas y vegetales blandos; cereales y panadería (incluidas las pastas cocidas) y carnes.
- Se puede salvar. Las toxinas tienen dificultad para penetrar profundamente en estructuras densas, haciendo seguro cortar una porción. Aplica para: quesos y vegetales duros. Se aconseja cortar al menos 2.5 cm alrededor y debajo del moho. En el caso de las carnes secas, se aconseja limpiar o raspar la superficie.
Para conservar mejor tu despensa, ten presente que hay alimentos que no debes refrigerar y otros requieren condiciones de almacenamiento específicas. También revisa las fechas de vencimiento (si la tienen) y evita consumir cualquier producto en mal estado. Recuerda: las micotoxinas son resistentes al calor y no se destruyen al cocinar o tostar. El moho es un problema de salud, no de economía.
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