El hígado graso, conocido médicamente como esteatosis hepática, es una condición en la que se acumula grasa dentro de las células del hígado. Este órgano, que normalmente se encarga de procesar nutrientes y filtrar toxinas, empieza a almacenar más lípidos de los que puede manejar, lo que altera su funcionamiento.
Una de las principales razones de esta acumulación es el consumo excesivo de calorías, en especial a través de alimentos ultraprocesados, azúcares y grasas poco saludables. También puede originarse por el sedentarismo, el sobrepeso, la diabetes tipo 2 o el abuso de alcohol.
En algunos casos, incluso personas delgadas pueden desarrollarlo debido a factores genéticos o desequilibrios metabólicos, o hasta consumo excesivo de bebidas alcohólicas. Al inicio no suele generar síntomas evidentes, pero con el tiempo puede provocar inflamación, cicatrización y, en situaciones graves, cirrosis.
Relación del hígado graso con el consumo de alcohol
Investigaciones recientes de la Clínica Mayo han identificado cómo el consumo excesivo de alcohol contribuye al desarrollo del hígado graso. Esta condición, que afecta a más de una de cada tres personas en los Estados Unidos, puede evolucionar hacia enfermedades más graves como la diabetes tipo 2 o incluso el cáncer de hígado.
Los investigadores descubrieron que el consumo excesivo de alcohol altera una enzima clave llamada proteína que contiene valosin (VCP). Esta enzima es responsable de reciclar proteínas dañadas en las células. En condiciones normales, la VCP mantiene bajo control una proteína específica llamada HSD17β13, evitando su acumulación en las gotas lipídicas.
Sin embargo, el alcohol reduce significativamente la presencia de VCP en la superficie de estas gotas, permitiendo que HSD17β13 se acumule y aumente la cantidad de grasa en las células hepáticas.
Implicaciones para el tratamiento
Estos hallazgos sugieren que HSD17β13 podría ser un objetivo para nuevas terapias destinadas a prevenir o tratar la enfermedad del hígado graso. Además, podrían ayudar a identificar a las personas más propensas a sufrir los efectos negativos del alcohol en el hígado, especialmente si este sistema celular está comprometido.
Esta investigación forma parte de la iniciativa Precure de la Clínica Mayo, que busca desarrollar herramientas para predecir y prevenir procesos biológicos antes de que evolucionen hacia enfermedades complejas y difíciles de tratar.
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