Con la edad, todo nuestro organismo necesita del doble de trabajo para permanecer sano. Entre ese trabajo esta el fortalecer los glúteos y el suelo pélvico, ya que este es fundamental para mantener una buena salud postural, prevenir lesiones y mejorar la calidad de vida.
Los glúteos son músculos clave en la estabilidad de la pelvis, la columna y las caderas; unos glúteos fuertes ayudan a mantener una postura correcta, reducen el riesgo de dolor lumbar y mejoran el rendimiento en actividades cotidianas y deportivas.
Por su parte, el suelo pélvico sostiene los órganos internos y controla funciones tan importantes como la continencia urinaria. Cuando está débil, puede provocar molestias, incontinencia o prolapsos. Además, trabajar ambos grupos musculares de manera conjunta mejora la conexión entre la zona abdominal y pélvica, optimiza el equilibrio corporal y contribuye al bienestar general.
Postura de yoga para tu bienestar
La asana conocida como postura de la diosa, en yoga, ayuda a fortalecer los glúteos, el suelo pélvico y a mejorar el equilibrio, y a continuación te explicamos cómo:
1. Fortalecimiento de los glúteos
Al adoptar la postura, los pies se colocan más abiertos que el ancho de los hombros y las rodillas se flexionan hasta que los muslos quedan paralelos al suelo. Esta posición exige que los glúteos (y también los músculos de las piernas) trabajen para mantener la estructura y evitar colapsar.
La activación consciente del glúteo ayuda a soportar el peso del cuerpo, lo que contribuye a su fortalecimiento.
2. Trabajo del suelo pélvico
Cuando se flexionan las rodillas y se abre la cadera, el área del suelo pélvico se ve implicada al tener que estabilizarse ante la apertura de piernas y el peso que recae hacia abajo.
Expertos en yoga señalan que esta asana ayuda a fortalecer el suelo pélvico. Mantener la pelvis activa y estable durante la postura favorece su tonificación.
3. Mejora del equilibrio
La postura exige mantener la columna recta y alargada, activar abdomen y glúteos para estabilizar el cuerpo y mantener las rodillas alineadas con los tobillos mientras los pies apuntan ligeramente hacia fuera. Todos estos factores juntos hacen que el cuerpo tenga que “buscar” su centro de gravedad, usar músculos estabilizadores y la atención mental, por lo que se produce una mejora general del equilibrio corporal.
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