El desayuno es considerado una de las comidas más importantes del día, ya que rompe el ayuno nocturno y aporta la energía necesaria para iniciar las actividades diarias. Consumir un desayuno equilibrado mejora la concentración, la memoria y el rendimiento, tanto en el ámbito escolar como laboral.
Esta comida ayuda a mantener un metabolismo activo y favorece el control del apetito, evitando la ingesta excesiva en otras comidas. Saltarse el desayuno, por el contrario, puede provocar cansancio, falta de atención y mayor tendencia a consumir alimentos poco saludables durante el día.
Si bien algunas personas practican ayunos intermitentes con objetivos específicos, en general se recomienda no omitir esta comida, sobre todo en niños, adolescentes y personas con alta demanda energética. Un desayuno completo, con proteínas, carbohidratos complejos y frutas, contribuye a una alimentación balanceada y a mantener una buena salud a largo plazo.
¿Desayuno y longevidad?
Un estudio realizado por Mass General Brigham y publicado en Communications Medicine, analizó datos de casi 3 mil adultos británicos de entre 42 y 94 años, seguidos por más de 20 años.
Principales hallazgos:
1. Desplazamiento de horarios al envejecer
A medida que las personas envejecen, tienden a desayunar y cenar más tarde, y además reducen la duración de la ventana de tiempo durante la cual comen cada día.
2. Relación entre desayuno tardío y problemas de salud
Desayunar más tarde se asocia con una mayor prevalencia de ciertas condiciones físicas y mentales. Entre ellas: depresión, fatiga y problemas de salud bucal. También con dificultades para preparar comidas y con peor calidad de sueño.
3. Desayuno tardío y riesgo de mortalidad
Quienes desayunan más tarde presentan un riesgo aumentado de muerte durante el seguimiento del estudio.
4. Factores genéticos
Las personas con predisposición genética a ser “búhos” (es decir, que prefieren acostarse y despertarse más tarde) tienden también a tener comidas más tardías.
5. Implicaciones prácticas
- Los autores sugieren que los cambios en los hábitos de comida (sobre todo en el desayuno) podrían usarse como un marcador sencillo para detectar posibles problemas de salud física o mental en personas mayores.
- Mantener horarios de comida consistentes se propone como parte de estrategias más amplias para promover un envejecimiento saludable y posiblemente alargar la vida.
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