Las alergias alimentarias ocurren cuando el sistema inmunológico identifica por error ciertas proteínas de los alimentos como una amenaza. En lugar de ignorarlas, el organismo reacciona de manera exagerada y produce anticuerpos llamados IgE, que desencadenan la liberación de histamina y otras sustancias químicas.
Esto provoca síntomas que pueden ir desde picazón, enrojecimiento de la piel y malestar digestivo, hasta reacciones graves como dificultad para respirar o anafilaxia.
No todas las personas desarrollan alergias, ya que influyen factores genéticos, ambientales y la forma en que el cuerpo aprende a reconocer los alimentos desde la infancia.
Aunque no existe una cura definitiva, se pueden controlar evitando el alimento desencadenante y, en algunos casos, mediante terapias de desensibilización supervisadas por especialistas. Así, comprendemos que la alergia es una respuesta de defensa mal orientada.
Problema de salud pública
Las alergias alimentarias representan un problema creciente de salud pública, especialmente en niños y adolescentes. Según la Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI), los síntomas de un cuadro alérgico pueden variar desde reacciones leves, como urticaria o picazón, hasta cuadros graves como la anafilaxia, que requiere atención médica inmediata.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han documentado que la prevalencia de alergias alimentarias ha aumentado en los últimos años en la población estadounidense. Estas estadísticas permiten dimensionar la magnitud del problema y diseñar políticas de prevención y educación.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) cumple un papel fundamental al regular el etiquetado de los alimentos, con el fin de proteger a los consumidores. Gracias a estas normativas, los productos deben indicar claramente si contienen ingredientes que pueden causar reacciones alérgicas, lo que facilita la toma de decisiones seguras al momento de comprar.
Alimentos detonantes
Los alimentos que con mayor frecuencia causan alergias, tanto la AAAAI como la FDA señalan a los llamados “Big 9”, que son la leche, los huevos, el maní, los frutos secos (como nueces, almendras y avellanas), el trigo, la soya, el pescado, los mariscos (camarón, cangrejo, langosta) y el sésamo, recientemente incluido en la lista.
Estos alimentos concentran la mayoría de las reacciones alérgicas y requieren especial atención en el diagnóstico, manejo y prevención.
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