Los suplementos de vitamina D son productos que contienen esta vitamina esencial, la cual ayuda a mantener huesos fuertes y un sistema inmunológico saludable. La vitamina D se produce en la piel cuando se expone al sol, pero muchas personas no reciben suficiente debido a factores como el clima, el uso de protector solar o una dieta pobre en esta vitamina. Por eso, los suplementos son una forma práctica de asegurar niveles adecuados.
¿Quiénes deberían tomar suplementos de vitamina D?
La suplementación está indicada en personas con deficiencia comprobada de vitamina D o en situaciones específicas, como:
- Insuficiente exposición solar, como aquellas que pasan mucho tiempo en interiores o viven en latitudes con poca luz solar.
- Mayores de 65 años, ya que la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D disminuye con la edad.
- Individuos con enfermedades que afectan la absorción intestinal, como la enfermedad celíaca o la enfermedad inflamatoria intestinal.
- Pacientes con osteoporosis o enfermedades óseas metabólicas.
- Personas con piel oscura, ya que tienen una menor capacidad para producir vitamina D a partir de la luz solar.
Riesgos de la automedicación
Tomar suplementos de vitamina D sin supervisión médica puede provocar efectos adversos graves debido a un exceso de vitamina, y se pueden presentar como:
- Hipercalcemia (niveles elevados de calcio en sangre), que puede causar náuseas, vómitos, debilidad muscular y daño renal.
- Insuficiencia renal aguda.
- Arritmias cardíacas.
- Daño en los riñones y el corazón debido a la acumulación de vitamina D, ya que es liposoluble y se almacena en el organismo.
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