La adicción sin duda es un gran problema, pero la obsesión por ciertos alimentos, se vuelve peligrosa al tener una mala relación con la alimentación saludable.
Hay alimentos como: dulces, hamburguesas, chocolates, pizzas y refrescos, que le encantan a la mayoría de las personas; y no son malos, de vez en cuando, corremos el riesgo de engancharnos a ellos.
El cerebro crea una serie de interrogantes y pensamientos que generan estrés; que a la vez producen ansiedad e incita al consumo de ciertos alimentos.
Adicción peligrosa
Se debe acudir al nutricionista y al psicólogo para trabajar con un equipo multidisciplinario contra la adicción a ciertas comidas
Causas
Las comidas chatarras provocan placer inmediato y que luego continúan el deseo de seguir para lograr conseguir el mismo efecto.
El sistema de recompensa del cerebro puede activarse simplemente con el deseo de comer.
La intención de ingerir calorías indica al cerebro la futura aparición de la recompensa y no la recompensa en sí.
La rapidez con que se absorbe el alimento y cómo llega a la sangre.
Las comidas procesadas se consumen con mayor facilidad y cuando llega la sensación de saciedad, ya se ha ingerido una cantidad importante.
Signos
– Uno de los primeros síntomas es que la persona puede comer el alimento que le genera adicción sin tener hambre, sólo por ansiedad.
– La persona obsesiva continúan consumiéndolos a pesar de las consecuencias negativas como el aumento de peso.
Moderación
Para estar saludable se debe procurar mantener una buena alimentación, y eso incluye evitar la comida chatarra, chocolate en exceso y refrescos; ya que pueden llegar a generar enfermedades como la obesidad, diabetes, hipertensión o altos niveles de colesterol.
Alimentos obsesivos
Existe una gran diversidad que ayuda a las personas a saciar su ansiedad, bien sea por placer, dolor o felicidad; entre ellos se encuentran:Chocolate. Ayuda a liberar en pequeñas cantidades un compuesto llamado anandamida, pariente de los cannabinoides, que proporciona una sensación relajante.
Queso. Contiene casomorfinas, sustancias que generan sensación de bienestar en el comensal.
Pollo frito. Posee acrilamida, compuesto que aparece en los alimentos ricos en hidratos de carbono con el calor, el dorado de las papas fritas y pan tostado.
Picante. Su componente activo, la capsaicina, estimula las neuronas sensoriales que neutralizan al dolor, liberando opioides y endorfinas, que producen placer y ganas de repetir el mismo plato.
Galletas. Su alto contenido de harina refinada y grasas, unido a un formato que parece inofensivo, engancha fácilmente.
Papas fritas. Los endocannabinoides crean sensación de bienestar; provocando la necesidad de ingerir grasas. La sal también estimula las papilas gustativas y por eso, al consumir alimentos salados, sube el umbral de detección del sabor.
Consejos
Evitar las tentaciones. Acostumbrarse a reducir las cantidades de alimentos, tanto para comidas como para las meriendas.
Reemplazar estos productos con alimentos estabilizadores de los niveles de azúcar en sangre, como legumbres, frutos secos, frutas y cereales integrales.
Tomar agua e infusiones cuando sientas la necesidad compulsiva de comer.
Evitar alimentos estimulantes o excitantes como el café, té, azúcar en exceso o el chocolate.
Manejar la ansiedad a tiempo para evitar excesos de peso.
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