Actividades como el compartir los alimentos con los seres queridos, puede traer muchos beneficios tanto a los adultos, como a los niños.
La familia es una parte importante de la identidad como grupo. Y en ella está la base de los valores, disciplina y educación, que identifican a cada ser humano. Debido a esto, es importante tener una interacción con cada uno de los integrantes del núcleo familiar.
Algunas familias acostumbran relacionarse y conocer cada una de las inquietudes y experiencias de sus miembros, a la hora de la comida, logrando una sana convivencia, además de otras ventajas tales como:
– Fomenta una alimentación saludable.
– Puede prevenir el aumento de peso.
– Se inculcan buenos modales a los pequeños.
– Permite desarrollar la capacidad de comunicación.
– Fomenta la armonía.
– Refuerza y mejora los vínculos familiares.
– Ayuda a un buen desarrollo cognitivo.
– Se desarrollan habilidades sociales.
– Disminuye la posibilidad de sufrir depresión.
– Se abre un espacio de diversión.
No hay que olvidar que comer con la familia no es únicamente alimentarse en torno a una mesa, sino el revivir la comunicación, preocuparse por el otro, escuchar a los demás y expresar los sentimientos, para que tanto padres e hijos aprendan el valor de convivir, respetar y expresar los sentimientos.
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