Plata, solemos verla en diversidad de objetos decorativos dentro del hogar. Dan un aspecto elegante y sofisticado a los espacios, pero siempre y cundo se mantenga cuidada y mantenida.
Muchos piensan que la plata de oxida, pero no, la plata se sulfura. Este es un metal noble, que al igual que el oro y el platino, interacciona con otras sustancias.
El aire contiene azufre en forma de sulfuro de hidrógeno, lo que reacciona volviendo la plata negra. Por ello, cuando tus piezas de plata pierden brillo, se oscurecen y finalmente s tornan negras, podrías tener un daño irreparable.
Para evitar esto, lo recomendable es limpiar tus piezas de forma habitual para que su brillo perdure por mucho tiempo, y alargues la vida útil de tu adorno. Pero lo mejor de todo, es que podrás hacer esto con ingredientes que ya posees en casa con resultados inigualables.
Limpiar la plata
Ya sean joyas o adornos, estos ingredientes rutinarios te servirán para mantener el brillo de tus piezas. Recuerda que el cuidado una vez al mes de tus preciadas piezas, será suficiente para mantenerlas brillantes y hermosas.
Bicarbonato
El bicarbonato es perfecto para limpiar piezas de pequeñas dimensiones. Lo puedes realizar de dos formas, mezclándolo con vinagre blanco o con agua.
Para la primera opción, mezcla ¼ de taza de vinagre blanco con 1 cucharada de bicarbonato en polvo. Ve agregando el bicarbonato de a poco hasta disolverlo todo. Y para la segunda opción, coloca papel de aluminio en un recipiente y vierte en él el agua hirviendo y las dos cucharadas de bicarbonato.
Para ambas opciones, sumerge tus piezas de plata en la solución y deja actuar. Retira y seca con un paño limpio mientras fritas para sacar brillo.
Sal
Si no te convence el bicarbonato o no tienes en casa, la sal puede ser un gran sustituto. En este caso, también debes utilizar la base de papel de aluminio. Este hará las veces de una especie de “imán” para la suciedad.
Limón
La acidez del limón servirá junto con la sal para retirar todo resto de suciedad de la plata, como un astringente.
Corta un limón y agrega en cada mitad un poco de sal. Frota tus piezas con la mitad del limón con sal y deja actuar, para luego limpiar y sacar toda la suciedad. Esto hará que el brillo de tus piezas dure por más tiempo.
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