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El arte de iluminar para elevar las energías

Domingo, 11 de abril de 2021 a las 02:30 pm
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La utilización del fuego como parte de los rituales mágicos es habitual. Con el tiempo esas astillas de madera o antorchas fueron sustituidas por velas elaboradas con distintos materiales y propósitos. En el caso de las creencias de la magia céltica, los sacerdotes y sacerdotisas empleaban hogueras, donde quemaban algún tipo de madera o aceite de origen vegetal o animal. Esta cultura se caracteriza por la creencia en los poderes de la Tierra y en los espíritus elementales que de ella brotan.

También  en los cuatro elementos, en los poderes mágicos de las plantas y piedras, así como en duendes y hadas. Sin embargo, las creencias más arraigadas es su devoción por la Gran Madre, la madre y las diosas guerreras.  Además conocían los poderes de las fases de la Luna en el cual se basa su calendario.  Con el tiempo se han transmitido algunas reglas puntuales que deben cumplirse al utilizar el fuego, que en esta caso se expresa a través de las velas, como sustituto de las hogueras indispensables para algunos conjuros e invocaciones.

La conexión con la fase de la Luna

El momento para prender la vela dependerá del propósito y se fundamenta en:

·Para invertir o eliminar, utilice velas durante el Cuarto Menguante. La mayor fuerza estará en la noche del día 28 del ciclo lunar.

· Para incrementar, crecimiento o ganar, las velas se prenden durante el Cuarto Creciente. Aquí la mayor fuerza se concentra en los días o noches del plenilunio.

La visualización de la llama de la vela

Sus tradiciones indican que para reforzar vuestro poder de concentración y transmisión energética, es necesario acostumbrarnos a mirar la zona azul de la llama de la vela durante varios minutos, con la finalidad de que esa energía se mantenga en nuestra mente durante el hechizo. Esto se logra a través del siguiente ejercicio: Encendamos la vela y concentramos nuestra mirada en la zona azul de la llama por varios minutos. Seguidamente cerramos los ojos y buscamos nuevamente la llama hasta verla reflejada en vuestros párpados cerrados. Esa es la imagen que debemos mantener en nuestra mente como puente entre lo que hacemos y lo que deseamos obtener a través de la energía del elemento fuego.

La combinación de velas, hierbas y aceites

A veces, las velas se utilizan simultáneamente con hierbas y aceites para aportar la energía de los elementos que representan. Para lograr su combinación, los rituales celtas aconsejan, que lo primero que debemos hacer es escribir en la vela con una daga de metal,  nuestro deseo en forma clara y directa. Luego, utilizamos el aceite especial para impregnarla. Entonces, colocamos un poco de la mezcla en la palma de vuestra mano derecha, y frotamos la vela con un movimiento giratorio.  Si el deseo es atraer algo, empapamos la vela de arriba hacia abajo. Si la intención es eliminar algo, humedézcala de abajo hacia arriba. Si utiliza ramas, hierbas o flores,  gire la vela ya untada de aceite, sobre las hierbas antes de encenderla.

La invocación

Todo acto mágico exige un conjuro o invocación, que expresa nuestros deseos y peticiones. Una forma sencilla para activar la vela, es colocarla en nuestras manos y visualizar nuestro propósito para potenciarlo en ella. Seguidamente podemos decir:

Vela del poder, vela de la fuerza,

Crea mis deseos aquí,

El poder emana de la llama de esta vela.

Tráeme lo que mi corazón desea.

Mis palabras tienen fuerza,

y la victoria ya ha sido ganada.

He hablado, y el conjuro ha terminado.

El cierre y la repetición

Al final de cada ritual, nos recomiendan despedir a la fuerza o druida utilizada para que pueda hacer realidad el deseo formulado. En ningún caso es conveniente retener la entidad, porque según dicen los celtas, “será del todo imposible seguir llevando una vida normal”. Otro aspecto a considerar es la repetición,  por ello aconsejan hacer el encantamiento durante 3, 5, 7 ó 9 oportunidades. 

Tabla de colores de velas

Amarillo: intelecto, imaginación, fuerza mental, creatividad, atracción y  cambios repentinos.

Anaranjado: estímulo, adaptabilidad, obtención de cosas buenas, cambio de suerte.

Azul: verdad, inspiración, sabiduría, poderes ocultos, protección, armonía en el hogar, paciencia.

Blanco: pureza, poderes de naturaleza superior..

Índigo: neutralización de la magia realizada por otra persona, termina con las habladurías, equilibrio del karma.

Magenta: elevadísima frecuencia vibratoria que tiende a funcionar con gran rapidez, por lo que conviene usarla con velas de otro color, sanaciones espirituales, exorcismo.

Marrón: atracción de dinero y éxito financiero, influencia de los elementos de la Tierra

Negro: reversión, rechazo de la magia negra y de pensamientos negativos.

Oro o amarillo claro muy brillante: gran fortuna, suerte rápida, ganancias económicas, poderes masculinos de las deidades.

Plata o gris claro y muy brillante: eliminación de poderes negativos, desarrollo de capacidades psíquicas, poderes femeninos de las deidades.

Púrpura: contacto con los espíritus, ruptura de la mala suerte, alejamiento de malos espíritus, adivinación.

Rojo: salud, fortaleza, potencia sexual, fuerza de voluntad, superación de los temores.

Rosa: amor, afecto, romance, despertar espiritual, sanación del espíritu, solidaridad.

Verde: abundancia, fertilidad, buena suerte, dinero, riqueza, éxito, matrimonio, equilibrio.

Por: Eleodina Ramírez Araos

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