Arrugas, ¿qué mujer no quiere permanecer joven para toda la vida?. No podemos darte el secreto de la eterna juventud, pero sí podemos mostrarte una manera de retrasar esas marcas de la edad en tu rostro. De una manera sana y diferente, con esta dieta antiarrugas tendrás a la alimentación como tu liada.
Nuestro rostro puede presentar tres tipos de arrugas. Las ocasionadas cuando las fibras que sostienen la matriz cutánea y muscular empiezan a flojear y surge la flacidez. Las líneas de expresión que se ven reflejadas en las patas de gallo y las arrugas de la frente. Y el tercer tipo son las finas líneas que aparecen sobre todo cuando ha habido una sobreexposición al sol. O cuando la piel es demasiado seca.
Los expertos aseguran que a partir de los 27 años de edad, la calidad y cantidad de colágeno en la piel empieza a disminuir. Pero todo depende de los hábitos de vida, la dieta y de cómo nos vayamos cuidando. Es por ello la importancia de una buena dieta alimentaria para evitar el paso de los años de un modo mas retardado.
Ingerir alimentos ricos en vitaminas A, B, C y E deben ser fundamentales en nuestros regímenes. Así como el hierro o el zinc y la continua hidratación a través del agua. De igual manera, debemos incorporar en nuestras dietas los alimentos antioxidantes. Estos son capaces de frenar los efectos negativos que disponen sobre nuestra piel los radicales libres. Su capacidad para mejorar la cicatrización y la creación de colágeno hacen que la piel se deteriore de una forma mucho más lenta.
La dieta antiarrugas se basa en comer los alimentos llamados antiinflamatorios y antioxidantes. Estos son básicamente todos aquellos alimentos de colores vivos como la espinaca, el tomate, la fresa, la naranja, el melón y el pimiento. Los cuales deberás ingerir en cinco comidas diarias, preferiblemente, acompañado de dos litros de agua y la práctica moderada de ejercicio físico.
Es aconsejable evitar las grasas hidrogenadas como la manteca, la harina, la margarina o las féculas blancas. Y, por supuesto, sustituir el consumo de azúcar por edulcorantes de origen natural.
Dieta modelo:
Ayunas: 1 vaso de jugo de algún cítrico o comer la fruta en gajos.
Desayuno: fruta con nueces o semillas. Puede ser lechosa, plátano, mango, fresas, etc., agregar miel pura y semillas, ya sea de sésamo, girasol, etc., o pedacitos de nueces o almendras. Si desayunas fruta, no comas otra cosa inmediatamente, espera una media hora a que la fruta se digiera en tu estómago. Esto te hará que aproveches mejor los otros alimentos y estos no se fermenten rápidamente con el azúcar de la fruta.
Almuerzo: elige entre sándwich vegetariano, tacos de vegetales, sopa de verduras semicrudas o arroz integral.
1ra Merienda: 1 jugo de zanahoria, alfalfa, o aloe, o combina dos o tres vegetales de temporada. El aloe se puede sustituir por cactus. No endulces ni agregues limón a este jugo.
2da Merienda: (alrededor de las 5:00 p.m.). Sopa de vegetales, guisado a escoger (tortitas de espinaca o auyama), pasta integral con vegetales, arroz con verduras, lentejas, puré de papa o zanahoria. Se recomienda escoger un plato cocinado y acompañarlo con una gran ensalada de vegetales crudos variados.
Cena: escoge entre ensalada de manzana con cereales, pizza vegetariana, cereal de avena integral con leche de almendras o cereal de amaranto con leche arroz.
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