A medida que envejecemos, el cabello tiende a volverse más seco y quebradizo, especialmente si está teñido. La disminución de la producción de aceites naturales y los efectos del tinte pueden debilitar la fibra capilar, haciéndola más propensa a la deshidratación. Para mantener un cabello saludable, brillante y suave, es fundamental seguir una rutina de hidratación adecuada.

Champú y acondicionador hidratante
Elige productos diseñados para este tipo de melenas, preferiblemente sin sulfatos ni parabenos. Los champús suaves evitan la pérdida excesiva de aceites naturales, mientras que los acondicionadores con ingredientes como la keratina, el aceite de argán o la manteca de karité ayudan a restaurar la humedad.
Mascarillas nutritivas
Estas mascarillas profundas son clave para la hidratación. Opta por aquellas que contengan aceites naturales, proteínas y vitaminas. Aplica una mascarilla al menos una vez por semana y déjala actuar durante 20 a 30 minutos para una hidratación intensiva.
Aceites naturales
Los aceites como el de coco, jojoba o almendras son excelentes para retener la humedad. Aplica unas gotas en las puntas después de lavar el cabello o úsalo como tratamiento nocturno antes del lavado.
Menos calor
El secador, la plancha y el rizador pueden resecar aún más el cabello. Si necesitas usarlos, aplica siempre un protector térmico y ajusta la temperatura a un nivel bajo o medio.
Hidrata desde adentro
Beber suficiente agua y consumir alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, como el salmón, el aguacate y las nueces, contribuye a la hidratación del cabello desde el interior.
Recorta puntas regularmente
Las puntas secas y abiertas pueden hacer que el cabello luzca opaco y sin vida. Un corte cada tres meses puede ayudar a mantener un aspecto saludable y fuerte.
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