La piel del rostro es una de las más delicadas, ya que, es la parte más visible del cuerpo. Por ende, la misma se expone constantemente a factores externos que puedan afectarla y causarle exceso de lesiones, por ejemplo: manchas, puntos negros, pústulas, nódulos, entre otros.
En consecuencia, muchos son los tratamientos médicos y caseros que existen para combatir los daños en el cutis. Sin embargo, todo dependerá del tipo de piel que tenga la persona afectada, eso es lo primero que se debe detectar antes de iniciar el proceso curativo.
Tipos de piel
Normal: Se caracteriza por ser suave, lisa, dado que, posee un tono transparente y uniforme, esto contribuye a tener poros finos con ausencia de impurezas.
Seca: Produce menos sebo que la piel normal, es decir, carece de lípidos que son necesarios para tener humedad, a fin de formar una capa protectora que impida la entrada de influencias externas que puedan ocasionar daños.
Grasa: Posee exceso de sebo, poros dilatados y crea una capa gruesa de brillo en la piel, por lo tanto, las lesiones que está pueda tener son más fáciles de identificar.
Mixta: Suele tener exceso de grasa en la zona T (frente, nariz y barbilla). A su vez, cuenta con poros finos en resto del cutis, esto ayuda a que las dilataciones sean mínimas, con el propósito de no tener impurezas.
Tratamientos naturales para el rostro
Aloe vera: Sus propiedades hidratantes contribuyen a mantener la piel tersa y libre de resequedad, también su gel ayuda a desmanchar las zonas afectadas. En ese sentido, se recomienda aplicar el producto en la noche y retirarlo con abundante agua en la mañana.
Pepino: Posee sustancias antioxidantes que ayudan a mantener el brillo en la piel. Además, aporta beneficios rejuvenecedores que se mantienen vigentes en el transcurso de los años. Lo ideal es utilizarlo combinado a una crema hidratante libre de alcohol.
Miel: Es beneficiosa para todo tipo de piel, cuenta con un alto contenido de antioxidantes, vitaminas, minerales que combaten los puntos negros, manchas y marcas que se pueden alojar en el cutis. Se recomienda aplicarla en las noches durante 15 minutos y luego retirarla con abundante agua tibia, esto acelerará el efecto curativo que ella produce.
Finalmente, la piel del rostro debe estar en constante cuidado para garantizar su brillo, frescura y efecto aterciopelado que produce naturalmente.
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