Lucir un cutis sano pasa por no tener impurezas, entre las que se encuentra los desagradables puntos negros. Estos, también conocidos como comedones, son una obstrucción de los poros de la piel que aparecen debido a la sustancia grasa que surge especialmente en el área de la nariz, vinculada al proceso de oxidación de las células.
El poro al estar dilatado se obstruye por un tapón córneo, por la acumulación de melanina, no permitiendo el drenaje de las glándulas sebáceas, haciendo lucir el poro de color negro.
Para evitar esto existen diversidad de tratamientos de limpieza de cutis y exfoliaciones para retirar las células muertas, y entre los procedimientos de belleza para eliminarlos se encuentra las mascarillas negras.
Mascarilla negra
Como muchos productos de belleza, la mascarilla negra se originó en Corea, pero rápidamente se vio su efectividad y cruzó a otros continentes, encontrándose en el mercado con diferentes texturas, y es tan popular por los buenos resultados que ha demostrado su aplicación semanal.
Textura gel: es un tres en uno enriquecida con carbón vegetal, que neutraliza el brillo de la piel y la suaviza. Al aplicarla debes esperar 20 minutos a que seque y retirarla de un tirón.
Textura tejido: es mascarilla detox, hidratante, purificante y reductora de poros. Su uso equivaldrá a una semana de aplicación de sérum hidratante concentrado.
Así como se pueden conseguir en el mercado, las mascarillas negras también las puedes preparar en casa. Esta ayudará a absorber los excesos de grasa y facilitará la eliminación de impurezas.
La base de estas mascarillas está hecha de gelatina sin sabor, leche y carbón activo, que al mezclarla formarán una mezcla pegajosa, que al aplicarla en la piel se pegará de las impurezas, facilitando su extracción.
La maravilla de esta novedosa mascarilla negra, más allá de eliminar puntos negros, es que sus ingredientes poseen cualidades astringentes, exfoliantes, emolientes y contiene aminoácidos que estimularán la regeneración celular, evitando las arrugas prematuras
Hazla tu misma
Luego de conocer todas las bondades que nos provee la mascarilla negra, a continuación te explicamos cómo hacerla en casa.
Para elaborarla necesitarás 10 g de gelatina en polvo sin sabor, 30 g de leche desnatada y 1 cápsula de carbón activado.
Mezcla muy bien la gelatina con la leche, y cuando ya no tenga grumos, lleva al microondas por 20 segundos. Incorpora la cápsula de carbón activado y mezcla todo para luego dejarlo reposar por 10 minutos.
Aplicación
Al momento de aplicar deberás limpiar muy bien el rostro con un jabón neutro y luego aplica con una brocha una capa fina sobre toda la cara, evitando los ojos y boca.
Deja actuar 30 minutos o hasta que se seque por completo. Una vez seca, agarra la mascarilla por un extremo y retira de un solo tirón, teniendo la precaución de no lastimarte al hacerlo (no ejerzas mucha fuerza).
Una vez retirada la mascarilla negra, enjuaga tu rostro con agua tibia e hidrata.
Puedes repetir el tratamiento 2 veces por semana cuando mucho. Si la aplicas más de la cuenta resecará tu piel.
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