Hablemos del órgano más complejo de nuestro cuerpo, es responsable de una amplia gama de funciones, desde procesar información hasta regular las emociones y orquestar el movimiento. La memoria, una de sus habilidades más notables, nos permite almacenar, recuperar y manipular información. Así como aprender, adaptarnos y conectarnos con el mundo que nos rodea.
Si bien la memoria disminuye naturalmente con la edad, hay medidas que podemos tomar para mantener y mejorar la función cognitiva, incluida la forma en que comemos.
Cinco alimentos que cuidan la memoria
1. Pescado graso: una sinfonía de omega-3. El salmón, las sardinas y el atún, son ricos en ácidos grasos omega-3, particularmente DHA (ácido docosahexaenoico) y EPA (ácido eicosapentaenoico). Estos desempeñan un papel crucial en la salud del cerebro y se han relacionado con una mejor memoria. La ciencia lo avala después de haber realizado estudios que involucran a niños y adultos mayores.
– El omega-3 contribuye al crecimiento y la reparación de sus células, apoyando la formación de nuevas conexiones neuronales y fortaleciendo las existentes.
– Permite mantener un flujo sanguíneo saludable, asegurando un suministro adecuado de oxígeno y nutrientes.
– Reduce la inflamación, un factor clave en el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
2. Bayas: potencias antioxidantes. Las bayas, como los arándanos, las fresas, las frambuesas y las moras, están repletas de antioxidantes, como antocianinas y polifenoles, que protegen las células cerebrales del daño causado por los radicales libres. Estos antioxidantes son eficaces en la prevención de la pérdida de memoria.
– Las antocianinas mejoran la comunicación entre las células cerebrales, fomentando la buena memoria y la capacidad de aprendizaje.
– Los polifenoles reducen la inflamación y promueven una circulación adecuada para apoyar la función cognitiva.
– Las bayas son ricas en vitamina C, que desempeña un papel en la formación y cuidado de las conexiones neuronales.
3. Nueces y semillas: regalos repletos de bondades. Los frutos secos y las semillas, como las nueces, las almendras, las semillas de calabaza y las semillas de girasol, son excelentes fuentes de proteínas, grasas saludables, vitamina E, esenciales para la salud del cerebro.
– La vitamina E, un potente antioxidante que evita daños en este órgano tan importante y retrasa su envejecimiento.
– Las grasas saludables, como las monoinsaturadas y poliinsaturadas, favorecen la comunicación neuronal.
– Las nueces y las semillas también son una buena fuente de fibra, además de regular los niveles de azúcar en sangre, asegurando un suministro constante de energía al cerebro.
4. Chocolate amargo: un dulce capricho para la salud mental. El chocolate negro, con un contenido de cacao de al menos el 70 %, es rico en flavonoides, particularmente flavanoles, que se ha demostrado que estimulan el correcto flujo de la sangre a este órgano.
Por Karla Guzmán Guzmán