Educar con gritos y amenazas debe ser historia del pasado, ya que esto tiene efectos negativos a corto y largo plazo en los hijos.
Si te educaron de esta manera y crees que está bien, porque saliste bien, te equivocas. Es posible que muchas veces sin darte cuenta has actuado de alguna manera que, sin saberlo, es consecuencia de esos malos tratos y la invitación es a no repetir el patrón.
Conoce qué efectos negativos tiene educar con gritos y amenazas, para que los evites por el bienestar de tus hijos, la familia y la sociedad en general.
Consecuencias de educar con gritos
Gritar a los hijos tiene un impacto en el desarrollo cerebral, ya que esto les genera estrés. En tal sentido, gritarlos continuamente puede afectar negativamente el desarrollo de los niños y a su vez, tener consecuencias a largo plazo en su capacidad de aprender y adaptarse. Además, los gritos le provocan ansiedad, depresión, trauma y hasta dificultad para gestionar la ira.
Incluso, está comprobado que, si se les grita a los hijos, ellos también van a gritar, porque actúan por imitación.
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Otros efectos
– Problemas de apego. La relación entre padres e hijos se basa en el respeto y el amor; pero cuando se utilizan los gritos y amenazas como herramienta para educar, la relación se debilita. Esto, además, genera problemas de apego y afecta su capacidad para formar relaciones sanas en el futuro.
– Baja autoestima. Cuando los niños se sienten constantemente amenazados, criticados o humillados a través de gritos, puede dañar su autoestima. ¿Por qué? Porque puede llevarlos a tener una imagen negativa de sí mismos, y afectar su motivación y capacidad de afrontar los retos que se le presenten.
– Agresividad. Cuando la regla en casa es educar con gritos, los niños están propensos a desarrollar conductas agresivas en cualquier lugar donde se desenvuelva.
– Dificultad para seguir normas. Los gritos no los invitan a seguir normas, todo lo contrario, generalmente tienen más problemas para comprender las reglas y respetar a los demás.
– Problemas de aprendizaje. El estrés y la ansiedad que generan los gritos pueden afectar la capacidad de aprendizaje de tus hijos, debido a la dificultad para concentrarse y procesar la información.
Además de los efectos ya mencionados, educar con gritos y amenazas puede tener un impacto en la salud de los niños. Ellos pueden presentar problemas para dormir, dolores de cabeza, problemas digestivos y un mayor riesgo de sufrir otras enfermedades.
Educar con gritos y amenazas…
– Los vuelve más manipulables y los condena a repetir los mismos errores.
– Afectará sus relaciones futuras.
– No les da la capacidad de cuestionar y crear sus propias ideas de lo que es correcto o no.
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2024-05-14
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