El ejercicio físico potencia el desarrollo físico y mental de los niños, adolescentes y adultos jóvenes porque mejora la condición del organismo y reduce los riesgos de adquirir enfermedades, además de que aporta disciplina, mejora el ánimo y eleva la autoestima.
Javier Sánchez, entrenador señaló que la actividad física en los jóvenes también reduce “el aislamiento social que ha traído el uso de la tecnología, pues los chicos viven pegados a las pantallas y eso ha mermado sus condiciones físicas. El hacer actividad física los reconecta a la realidad y mejora las relaciones con su familia, amigos y parejas”.
Explicó que los niños deberían empezar a entrenar a partir de los 8 años de edad, “con ejercicios cardiovasculares como correr o montar bicicleta, y deportes como fútbol o béisbol. A partir de los 12 años se pueden agregar cargas de poco peso y a partir de los 18 años se pueden manejar pesos mayores”.
El ejercicio aporta mejoras físicas y psicológicas que impactan de forma positiva en la vida. Se recomienda la supervisión de un entrenador para evitar lesiones.
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