Un valor positivo que se comienza a cultivar en el hogar, respetar es una virtud y un sentimiento que motiva a los individuos a tener una mirada atenta a su personalidad, esfuerzos y logros.
El respeto se sigue transmitiendo en la escuela, con los amigos, con la familia, y todas las personas que estén a nuestro alrededor. El respeto es trato cordial, amable, cortés. Con el se puede vivir con relaciones óptimas en la casa, en la comunidad, con la falta de el no habría transparencia, ni tampoco muchas relaciones interpersonales de calidad. El respeto se gana con las actuaciones del día a día; respetar no significa estar de acuerdo en todos los ámbitos con otra persona, sino que se trata de no discriminar ni ofender a esa persona por su forma de vida y sus decisiones, siempre y cuando dichas decisiones no causen ningún daño, ni afecten a los demás.
En este sentido, respetar también es ser tolerante con quien no piensa igual que tú, con quien no comparte tus mismos gustos o intereses, con quien es diferente. En el ámbito espiritual, muchas religiones, de hecho, abordan el respeto hacia los demás, porque es una de las reglas esenciales para tener una relación sana con el prójimo. Por ello tan vez una de las normas a seguir en una reunión o evento es no hablar de religión ni política. En oportunidades las personas se alteran y olvidan el respeto que deben tener hacia las otras personas.
¿ Por qué es importante sembrar respeto?
Sin duda, porque es esencial, porque representa valorar y tolerar las diferencias y comprender que ellas nos hacen crecer. Sin embargo respetar y ser respetado es gratificante para todo ser humano, puesto que gracias a ese gesto nos sentimos en confianza y así se fortalecen muchos lazos tanto sentimentales como morales.